La presidenta Marga Prohens ha anunciado medidas novedosas para abordar el problema de la saturación turística. Soy de los que piensan que los experimentos se hacen en casa y con gaseosa, por ello, convendría analizar si las propuestas realizadas son fuegos de artificio o cuestiones algo más curradas. Vamos a ver dónde se están aplicando algunas de esas soluciones y luego reflexionaremos sobre las implicaciones para nuestras islas.

La presidenta propone monitorizar los flujos turísticos y realizar estudios de carga para controlar las afluencias. Esto no solo ayudará a proteger nuestros espacios naturales, sino que también mejorará la experiencia del visitante. Hay que tener en cuenta que es algo que ya se están haciendo en Venecia y las islas Galápagos, en donde se limita el número de turistas diarios. En Balears, tenemos la «ecotasa», como en Ámsterdam o Barcelona, y estas ciudades ya han aumentado sus importes, supuestamente para financiar la conservación y mejorar las infraestructuras, hasta los 3 pavos.
En mi opinión, aquí no tenemos mucho margen porque estamos en esos importes, e incluso más altos según el establecimiento. Teniendo en cuenta la oposición que mostró el PP en su momento y que recientemente acaban de tumbarla en el Cabildo de Tenerife, no creo que vayan por ahí los tiros…
Nueva Zelanda promueve el turismo responsable con su campaña «Tiaki Promise». Aquí, creo que Prohens y su equipo están alineados con la idea, entendiendo que se deben promover cambios hacia modelos más sostenibles. Japón, por ejemplo, ha redistribuido el flujo turístico hacia áreas rurales menos conocidas. Es cierto que Eivissa no es Japón, pero creo que Marga Prohens está sugiriendo que, de momento, se evalúe la presión turística en las diferentes zonas de Balears.

Para mí, la propuesta que podría tener más recorrido, sería la instalación de sensores para monitorizar la ocupación en tiempo real de los espacios naturales. Imagina recibir alertas sobre las mejores horas para visitar una playa o un parque o las horas en las que ni siquiera podrás acercarte. Singapur ya utiliza esta tecnología. Estoy seguro de que, con todas o algunas de estas propuestas, nuestras islas no solo seguirán siendo un destino de ensueño, sino también un modelo de gestión turística inteligente a imitar.