Ahora son pocos los que visitan una tienda real de una agencia de viajes en la calle principal para comprar una quincena de vacaciones en Mallorca.
A raíz de la quiebra de Thomas Cook algunos 'expertos' nos explicaron que lo que había ocurrido estaba cantado. Los vuelos de bajo coste y las plataformas de reservas habían matado al moribundo paquete turístico. ¿Para qué comprar un paquete a un turoperador si uno podía hacer la reserva del vuelo y del hotel desde casa y a un precio más barato? Sin embargo, el público en los países afectados, especialmente en Gran Bretaña, está aprovechando esta temporada alta de reservas para demostrarnos que los 'expertos' carecían de experiencia. Resulta que la venta de paquetes está subiendo, en términos relativos, especialmente por parte de las familias -más de un tercio del mercado global- precisamente como consecuencia de la quiebra de TC y la extensión de la epidemia de la COVID-19. La eficiencia en los procesos de repatriación e indemnización gracias al sistema de garantías que cubre esas situaciones, Atol en GB, ha convencido al personal de que es mejor viajar con un seguro que demuestre que es eso… seguro. Ante el temor de quedarse tirado con su pareja y la parejita de hijos en cualquier playa del Egeo o en Tenerife, o incluso verse obligado a permanecer en el destino por una cuarentena, quien se ocupa de las reservas, que suele ser la mujer, prefiere gastarse unas libras más y dormir tranquila durante esas noches que son para muchos las más importantes del año.
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