Un trabajo especializado que requiere de una gran precisión y que llevan a cabo en A&R Wirecut, la empresa que los hermanos Antonio y Rubén Adrián tienen en el polígono industrial de es Castell, donde trabajan 13 personas. Cerrarán el ejercicio 2018 con un buen crecimiento productivo, que les está haciendo plantearse el traslado a una nave más grande. El futuro de la empresa se ve con optimismo.
ORÍGENES. Varias generaciones de la familia Adrián han sido empresarios vinculados al sector industrial de Menorca. El tío de los propietarios de A&R Wirecut, Vicente Adrián Mancas, fundó en 1958 la empresa IPAR, dedicada a la división industrial del sector eléctrico, una especialidad prácticamente desconocida en nuestro país. Producían componentes electrónicos para marcas mundiales como IBM, Sanyo o Philips hasta que irrumpió el mercado asiático.
El padre de Antonio y Rubén, Antonio Adrián Mancas, fundó en 1982 Matritec, enfocada a la creación de moldes y matrices mediante tecnología punta para clientes de IPAR, que tras cerrar, reorientó su actividad hacia la industria menorquina, sobre todo para el sector de la bisutería y también la ferretería.
Fue todo este entorno en el que los dos hermanos crecieron y aprendieron, hasta tomar la decisión de enfocarse hacia el sector de la automoción desde Menorca a través de la fabricación de productos de alto valor añadido que compensaran los costes de la insularidad.
“El modelo de negocio de mi padre estaba definido hacia la matricería, es decir, la fabricación de moldes, matrices y utillajes que se utilizan para obtener piezas en serie en cualquier sector. Nosotros heredamos su conocimiento, pero optamos por abrirnos a la automoción, ofreciendo servicios tecnológicos para recambios. Esto significa que no solo ofrecemos recambios que necesitan nuestros clientes, sino tratamos de aportar una mejora a través de nuestro know-how”, explica Rubén Adrián.
Por ello fundaron en 2010 A&R Wirecut, una empresa de servicios industriales para los grandes estampadores del sector de la automoción. “En es Castell fabricamos las matrices que nuestros clientes utilizan en sus cadenas de montaje, en la parte que tiene que ver con los sistema de seguridad, como cinturones o airbags, por ejemplo”, detalla Adrián.
EVOLUCIÓN. El secreto del éxito de A&R Wirecut ha sido contar siempre con tecnología punta, tal y como lo hacían en Matritec en su momento, utilizando maquinaria suiza o japonesa especializada, como por ejemplo de corte de electroerosión por hilo.
“El primer cliente lo hicimos después de asistir a un curso en Suiza, donde habíamos adquirido una máquina de matricería de precisión. Fue la empresa Tyco Electronics, una multinacional americana que hacía contactos electrónicos para el sector del automóvil la que nos contrató”, comenta Rubén Adrián.
Uno de los primeros pasos en esta transición hacia la automoción fue invertir también en metrología industrial, es decir, maquinaria que tenía que servir para verificar las piezas que ellos mismos fabricaban. “Este fue el primer requerimiento de los clientes para poder hacer, por ejemplo, rectificados”, detalla Adrián.
Actualmente cuentan con 16 máquinas controladas por control numérico de precisión que les ha supuesto una inversión superior a los 600.000 euros y que, en su momento, les obligó a trasladarse de su primitivo local en la carretera de San Felipe a la nave actual de 350 metros en el polígono industrial de es Castell. “El espacio ya se nos ha quedado pequeño y nos estamos planeando movernos a una nave más grande en cuanto nos sea posible”, añade Rubén Adrián.
La empresa mantiene una actitud proactiva en su puesta al día para disponer siempre de la última tecnología o para seguir sesiones de aprendizaje, sean virtuales o presenciales.
En A & R Wirecut tienen un convenio de prácticas con el Institut Pascual Calbó de Maó para acoger estudiantes en prácticas e incluso profesores del propio centro que reciclan sus aprendizajes en mecánica industrial al poder experimentar con tecnología y maquinaria de tanta precisión.
Hace poco han implantado un sistema de calidad, la ISO 9001 2015, un hecho que les permitirá cruzar fronteras y trabajar directamente para clientes europeos, ya que actualmente tratan con subcontratas productivas que son multinacionales con sede en España y exportan indirectamente los productos fabricados en Menorca. Precisamente el pasado junio, Rubén Adrián fue elegido presidente de la Cámara de Comercio de Menorca.