Según su propuesta de valor, el turismo de salud sería un elemento clave para la configuración de un modelo turístico sostenible basado en la diversificación y distribución de los beneficios del turismo. Esta actividad atrae a personas que se desplazan a otro país distinto del de su residencia para someterse a algún tratamiento de salud o bienestar. Es decir, no se refiere a la atención sanitaria de los turistas que se encuentran de vacaciones.
En este sentido, Balears centrará su oferta en ocho productos: estética, fertilidad, oftalmología, tratamientos dentales, programa de crónicos, retiros sénior, chequeos médicos y wellness.
Este sector crece en todo el mundo un 20% según la asociación Spaincares, una cifra que también corrobora en las Islas la Unión Balear de Entidades Sanitarias (UBES). Aun así, esta actividad todavía es residual respecto al total de pacientes atendidos.
Los tratamientos más demandados en estos momentos en Balears son los de fertilidad, debido a que la legislación española es más favorable que en otros países de Europa. Respecto a las nacionalidades más frecuentes, alemanes y británicos encabezan el ranking, seguidos de suecos, italianos y rusos.
La mayor parte de los centros médicos y de wellness ya tienen acreditaciones de calidad y cuentan con una oferta pensada para el paciente internacional, para lo que han contratado a especialistas internacionales y ofrecen tratamientos a la carta. El reto ahora es relacionar el turismo de salud con otros segmentos como el turismo MICE, el deporte y el ocio, y utilizar las nuevas tecnologías para acercarse al cliente. Por ejemplo, dando la oportunidad al paciente de hablar por videollamada con el especialista antes de decidir si se somete a un tratamiento.
Un reciente estudio de Alimarket destaca que Alemania, Israel, Turquía y Grecia tienen una larga trayectoria en este segmento, al que Hungría y la República Checa se han incorporado apostando por el low cost. También tienen tradición Tailandia y Estados Unidos. Añade que las especialidades más demandadas en España son reproducción asistida, oftalmología y cirugía ortopédica y plástica.
El turismo de salud mueve 500 millones de euros al año solo en España. Este visitante gasta hasta 10 veces más que el de sol y playa. Además, un informe elaborado por Deloitte indica que los mercados prioritarios para España son Alemania, Reino Unido y Francia. Suecia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos se consideran mercados de interés, mientras que Rusia y los países del Magreb, Oriente Medio y Latinoamérica son mercados a potenciar.
MIEMBROS DEL CLUB. Antoni Fuster, gerente de UBES, ha sido nombrado presidente del club, del que forman parte también varios técnicos de la Agència y representantes de empresas privadas del sector de la salud y el bienestar de Mallorca, Menorca y Eivissa.
Fuster afirma que esta iniciativa es un “hito histórico para el sector sanitario privado, ya que creemos en el turismo de salud porque puede ayudar a desestacionalizar y a mejorar el destino y la atención de los pacientes residentes y de los que nos visitan”. Pide que las acciones del club tengan continuidad en el tiempo para conseguir la máxima efectividad.
El club ya ha aprobado la estrategia que seguirá hasta 2020, basada en promocionar los valores que aporta la sanidad para atraer a un turista de calidad. Atributos como la accesibilidad, la seguridad, la mediterraneidad, la oferta de alojamiento de calidad y la oferta complementaria, así como el trato personalizado y la atención en el idioma de origen, permitirán posicionar a Balears en este segmento.
CLUBS DE PRODUCTO. Desde la ATB indican que el club de producto es el lugar donde el sector público y el privado se reúnen para decidir qué hacer. A lo largo del pasado 2017 se constituyeron siete clubs de producto de ecoturismo, gastronomía, turismo activo, deportes, cultura y lujo, además del de salud. Se financian con la recaudación del impuesto del turismo sostenible.
Estructurar nuevos productos turísticos es uno de los objetivos de la ATB para mejorar el destino turístico, junto con la consolidación de la temporada de invierno, para que asegure un mayor equilibrio de la actividad turística, contribuir a un mayor reparto sectorial y territorial de los ingresos derivados del turismo, reforzar los actuales mercados tanto en invierno como en verano, conocer mejor la demanda y posicionamiento en los mercados emisores, mejorar la calidad turística, mejorar la colaboración público-público y público-privado y hacer aumentar el gasto medio por turista y día de estancia.