El marketing de influencia es una práctica que no es reciente. En los medios tradicionales, televisión, radio, prensa, revistas, ya existían reportajes y espacios en los que personajes públicos y periodistas nos recomendaban ciertos productos o servicios. En algunos casos indicándolo y en otros no. Además, cada uno de nosotros ejerce una microinfluencia sobre su entorno.

Ahora nos encontramos con canales y con perfiles diferentes. Las redes sociales y los blogs son las fuentes más demandadas para conseguir contenido y alcance gracias a la influencia. Blogueros, instagramers, youtubers, snapchatters... son buscados por marcas y agencias para incorporar en su estrategia de marketing online.
¿Pero qué es verdad y qué es mentira de todo lo que se cuenta sobre los influencers?

Toquemos algunos puntos:

- Los influencers viven del cuento. FALSO. Las personas que generan contenido cuidan sus canales. Son muchos los casos que han pasado de tenerlo como hobby a tenerlo como trabajo.

- Siempre son las mismas caras. FALSO. Eso depende de quién organiza la campaña o evento y de qué objetivos tiene. Existen cientos de miles de blogueros, incluso millones, por lo que el catálogo de colaboradores es muy amplio.

- El marketing de influencia funciona. VERDADERO. Es correcto, pero deberemos trabajarlo de un modo serio. Con contratos de colaboración, remuneración a los influencers, seguimiento de publicaciones y clipping y analítica.

- El marketing de influencia te ayuda a que todo el mundo te conozca. FALSO. Podría ser verdadero, pero en general es un complemento a las demás acciones de marketing de una empresa. Todo dependerá del presupuesto y el tipo de acción.

- Tiene muchos seguidores, es buen@. FALSO. Si son seguidores reales seguramente sea así.
En resumen, trabajar el marketing de influencia es positivo, pero siempre desde el conocimiento.