Esto despierta el temor entre los inversores que menos conocimientos sobre mercados tienen y peor asesorados están. Hablando, claro está, de los que invierten a largo plazo, ya que los que lo hacen más a corto sí que deberían ya haber vendido y esperar señales de compra desde hace días.
La “excusa” que se está poniendo ahora es el brexit (es decir, la salida del Reino Unido de la Unión Europa, no de la zona euro, a la que nunca ha pertenecido), que votarán este mes los británicos en referendum y cuyas encuestas se están empezando a girar.
Habrá quien piense que las elecciones en España son otro factor más y es cierto, pero solo para la bolsa española, que ya está siendo penalizada desde 2015.
Todo este miedo por estas noticias acompañadas de caídas bursátiles no hace más que retroalimentar los descensos. Sin embargo, ¿hasta cuándo se darán? ¿Es cierto que el brexit es el fin del mundo o solo nos lo quieren hacer creer?
Lo primero que llama la atención es que la bolsa británica, cuyas empresas serían las más perjudicadas, es la que menos ha caído de las importantes de Europa (en el momento de escribir el artículo un 5,11% en 2016, contra un 14,85% de España, un 11,39% de Alemania o un 10,93% de Francia).
Ahora bien, hay dos aspectos más que son fundamentales a la hora de decidir si desinvertir o no (que casi nadie hace, pero que deben estar incorporados de antemano en una estrategia):
Por una parte, los indicadores de miedo están disparados (encuestas de confianza del inversor minorista, volatilidad o ratios put/call), lo cual casi siempre marca el final de una tendencia bajista, aunque sea momentáneamente. Y por otra, los soportes que se explicaban en el artículo de la semana pasada se están respetando.
Todos estos factores, unidos a la siempre recomendable diversificación de nuestra cartera (hay bolsas que casi no han caído), debería dar cierta tranquilidad al pequeño inversor.
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