“Somos de los pocos que hemos crecido con la crisis, impulsados por las demandas de loc clientes. Hemos ampliado y mejorado el servicio gracias a que no trabajamos como subcontratados, preferimos el contacto con el cliente final. De esta manera hemos ido poco a poco, creciendo durante la crisis con los pies muy en el suelo”, explica Javier Escribano, gerente de Grupo Escribano. “Solo en 2013 la facturación del grupo creció un 47%, lo que es sinónimo de clientes satisfechos”, remarca.
Grupo Escribano trabaja en tres líneas de negocio: construcciones, fachadas y mantenimiento. En el servicio de construcciones se dedica de pleno a las reformas, ofreciendo albañilería, electricidad, fontanería, pintura tanto de interiores como de exteriores y yesería. El servicio es integral para realizar cualquier pequeña reforma u obra mayor. Por lo que respecta a las fachadas, trabajan al detalle los revestimientos sea cual sea el gusto del cliente: morteros tradicionales, acrílicos, estucos de cal, piedra natural o artificial, gres, cerámica, además de pinturas de cualquier material. Se dedican también a la impermeabilización del techo, aislamiento térmico, refuerzo o derribo de balcones, limpieza de fachadas y carpintería de madera y aluminio para persianas, barandillas y ventanas.
El servicio más reciente que han incorporado para sus clientes es el mantenimiento, un trabajo muy demandado por la facilidad que ofrece tratar con un solo proveedor que soluciona cualquier problema de las comunidades de vecinos. En este sentido, ofrecen desde el servicio de limpieza hasta finales de obra, mantenimiento y limpieza de piscinas, climatización, placas solares y jardines.
También tienen un servicio de arquitectura e ingeniería propio que realiza proyectos de obras, trámites de permisos y licencias e informes técnicos de la Inspección Técnica de Edificios. “La novedad ahora es que ha salido una nueva ordenanza que modifica la normativa sobre la Inspección Técnica de Edificios. A partir del día 16 de agosto, esta evaluación tendrá que incluir también una prueba de eficiencia energética (antes solo la tenían que pasar las viviendas que se alquilaban o vendían) y otra de accesibilidad. De todos modos, se trata solo de una evaluación que comunica el estado del edificio y si sale negativo no pasa nada”, informa.
Grupo Escribano espera seguir en un futuro la misma línea de trabajo que hasta ahora, para que el cliente esté “siempre contento”. Además, este año la empresa ha desarrollado una vertiente más social y solidaria creando la Fundación Escribano, la rama de Responsabilidad Social Corporativa, y apostando por ser sostenibles con el medio ambiente. La Fundación Escribano nace con el objetivo de contribuir a reducir la desigualdad y la pobreza en todo el mundo. Ya han construido viviendas a familias desfavorecidas de la India en colaboración con la Fundación Vicente Ferrer y han realizado diversas aportaciones a bancos de alimentos de Palma. Su próximo proyecto es construir un orfanato en Bolivia, para el que esperan recaudar fondos suficientes. La filosofía de Grupo Escribano es solventar los problemas de los clientes aportando la mejor solución al mejor precio.
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