Según informó el Diario Sur de Málaga el pasado día 12, la presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz se comprometió en un mitin a reforzar la marca Andalucía en el campo del turismo, a petición de la Confederación de Empresarios.

Unas semanas antes en un debate sobre el turismo en una Catalunya independiente el secretario de Empresa y Competitividad de la Generalitat señalaba que “perder el amparo de la marca España no nos perjudicará. No detecto valoración positiva de esta marca en ningún ámbito”.

Dos buenos ejemplos de nacionalismo turístico. Tanto la Junta de Andalucía como la Generalitat, en sus campañas de publicidad, lógico en el caso de las nacionales e ilógico en el de las internacionales, evitan hacer mención a España y no incluyen el logo de Miró.

En ambos casos, la decisión es estrictamente política y no tiene nada que ver con la promoción del turismo. El objetivo es que los medios locales de sus respectivas comunidades recojan el teórico eco de la importante campaña que se ha llevado a cabo en el país que sea.

Como señalaba el comisario Carlos Espinosa de los Monteros, recogido en Hosteltur, “la marca España es conocida por cuatro mil millones de personas, Barcelona (sin duda la marca española más internacional) por entre setecientos y mil millones y Catalunya no llega a los cien. Solo California entre las regiones (si es que podemos considerarla como tal) es conocida por más de quinientos millones de personas”.

Puede que las declaraciones de Espinosa de los Monteros también estén influidas políticamente, a fin de cuentas es un secretario de Estado del Gobierno de España, pero en el estudio sobre intangibles turísticos y marca España, citado igualmente por Hosteltur y realizado en la cátedra Meliá en Mallorca, poco susceptible de dependencia política, los turistas extranjeros no citan ninguna comunidad autónoma cuando se les pregunta qué atributos identifican con España.

Treinta años de publicidad internacional de algunas CCAA han demostrado su incapacidad para superar a las marcas españolas mundialmente conocidas, que en el campo del turismo son la propia marca España y las de los destinos turísticos como Costa del Sol, Costa Brava, Sevilla y Barcelona.