En los últimos años han surgido restaurantes enfocados a clientes de alto poder adquisitivo.

Lejos de disminuir, la creación de empresas en las Pitiüses no frena a pesar de la crisis económica. Según los datos del Instituto Balear de Estadística (Ibestat), en el segundo trimestre del año pasado, y coincidendo con el inicio de la temporada turística, se creó en Eivissa y Formentera un total de 6.779 empresas, casi medio millar más que en 2009. De ese total, más de 2.300 fueron de hostelería.

En esta misma línea, los datos del Observatori del Turisme del Govern revelan que en 2012 (último año actualizado) las Pitiüses contaban con un total de 2.126 establecimientos dedicados a servicios de restauración. De este total, 1.040 son restaurantes y 1.086 son bares y cafeterías, lo que representa un incremento respecto a los años previos a la crisis superior al 10%. Concretamente en comparación con 2004, cuando las Pitiüses contaban con 1.908 bares, restaurantes y cafeterías. Desde entonces, la cifra no ha parado de incrementarse pese a la crisis hasta los 2.126 de 2012.

Joan Riera, propietario del mítico restaurante Ca n'Alfredo y presidente de la asociación PIMEEF Restauració que aglutina a cerca de 300 empresarios del sector, asegura que muchos abren negocios relacionados con la restauración pensando que “Eivissa es El Dorado”. “Vienen a la isla a montar el chiringuito, el restaurante y la pizzería de turno y el pastel es el mismo para repartir entre cada vez más gente”, lo cual reduce la rentabilidad de los negocios asegura.

Según Riera, la estacionalidad marca cada vez más a este sector: “La restauración vive su momento álgido en Eivissa durante los meses de verano, cuando abren las discotecas”, razón por la cual “cuando llega octubre, la isla se cierra a cal y canto y esto no puede ser”. En este sentido destaca que los que se quedan abiertos en invierno “lo pasan mal para pagar a sus proveedores”. Por esta razón, reclama reducciones en las cuotas a la Seguridad Social y en los impuestos en invierno.

EVOLUCIÓN. Sobre si el sector se está especializando en clientela de mayor poder adquisitivo por el surgimiento de nuevas ofertas como los beach-clubs, el presidente de PIMEEF Restauració recalca: “Hay de todo. El que va a un beach-club ya sabe a qué atenerse” y afirma que bares, restaurantes y cafeterías deben encaminarse hacia una mayor profesionalidad del servicio, una de las principales carencias que detecta. “Tenemos una gran cantidad de establecimientos de restauración y gente poco profesional, porque la mitad no sabe cómo dirigirse a una mesa ni cómo tratar a un cliente. A estas alturas, Eivissa debería tener una escuela de hostelería propia. En el SOIB se hacen cursos, pero no es suficiente”, precisa. De hecho, la profesión de camarero es la que más contratos generó el año pasado. Concretamente, 13.115, un 8,3% más que en 2012, según refleja el Observatori del Treball. También destaca la contratación de cocineros (2.740 contratos, un 6,8% más que 2012) y la de ayudantes de cocina (2.285, un 23,5% más que el año pasado).

Pero lo que sin duda es el principal problema que afecta a la restauración pitiusa es el intrusismo, una lacra que lejos de extinguirse aumenta con la crisis, razón por la que el presidente de PIMEEF Restauració anima a presentar denuncias contra los ilegales en la patronal para que esta las haga llegar al Consell. “Que se den de alta y paguen como hacemos los demás. Lo que no puede ser es que paguemos cuatro”, concluye.