Poco a poco fueron comprando terrenos colindantes para ampliar la producción y se decidió construir una bodega. En el año 2004 salieron al mercado las primeras 4.000 botellas. Un camino trazado sin prisa pero sin pausa. Este año llegarán a 60.000 las botellas producidas en las ocho hectáreas que poseen, y que recientemente han ampliado hasta casi catorce. Con un volumen de facturación anual de 600.000 euros y una plantilla estable de 10 personas, tienen la mirada puesta en producir en un futuro un máximo de 100.000 botellas, lo que les gustaría conseguir cuando esté toda la viña plantada.
DE MENORCA AL BULLI. En el año 2006 consiguieron el primer espaldarazo al trabajo que estaban llevando a cabo cuando Ferran Adrià decidió incluir el Chardonnay de Binifadet en su carta. “Fue un hecho significativo que nos ayudó en cuanto a repercusión mediática, así como para saciar las expectativas de toda aquella gente que estaba atenta a nuestra producción”, explica Lluís Anglès, primera generación y gerente actual de las bodegas desde abril de 2012. El restaurante Tristán de Portals, el hotel Casa Fuster de Barcelona o el Grupo Tragaluz también quisieron incluirlos en sus cartas y todo ello les aportó una mejor penetración en el mercado de la distribución.
“Dos años más tarde lanzábamos el primer espumoso en la Feria Alimentaria de Barcelona con un gran eco en la prensa nacional, cosa que evidenció que ya éramos capaces de producir toda la gama completa, desde el rosado al tinto, el blanco, el dulce y el espumoso” añade Anglès.
VISITAS A LA BODEGA. Una de las estrategias en las que se basaron para dar a conocer su producción fue la creación de unas visitas guiadas a la propia bodega para conocer todo el proceso de elaboración. Una propuesta lúdica con la que querían aprovechar el millón de turistas que cada año visita Menorca, y que ha acabado dando como fruto un pequeño restaurante en la terraza de la propia bodega por el que este verano han pasado más de 20.000 personas. “Empezamos ofreciendo pequeñas degustaciones y hemos ido creciendo en oferta y servicio, a medida que también crecía el consumo y la demanda. Hemos añadido una línea de productos complementarios, como mermeladas al vino o queso de cabra con corteza de tinto, que nos ha ayudado a hacer multiplicar el número de visitas”, comenta Lluís Anglès. Después de cuatro años de evolución, la terraza de Binifadet ha empezado a asentarse como un recorrido más dentro de la oferta complementaria que dispone Menorca y esto les ha ayudado a vender más vino dentro y fuera de la isla.
EXPORTACIÓN. Hace tres años hicieron una previsión de producción que fijaba un horizonte de 100.000 botellas en un periodo de cinco a siete años. Como podía ser un riesgo pensar que el mercado de Menorca pudiera asumir todo este crecimiento, dirigieron de manera proactiva sus esfuerzos comerciales hacia Mallorca, Eivissa y Barcelona pero también Europa. Un itinerario que les ha abierto las puertas a la exportación hasta Puerto Rico.
“A veces tratas infructuosamente de llegar a destinos donde no acabas de situarte y otras veces se te abren puertas inesperadas. Puerto Rico ha sido la casualidad de encontrarnos en Mallorca con un distribuidor que había decidido abrir mercado en este país centroamericano con siete vinos mallorquines, y nos añadió en el pack” comenta el gerente.
“Un poco limitados por la producción, estamos también exportando un 5% por ciento de nuestro vino a Alemania y Bélgica pero estamos explorando nuevos mercados, con el objetivo de conseguir llegar a un 30% de nuestras ventas”, concluye.
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Enhorabona a tots aquests petits empresaris que s'arrisquen i també a aquest nou suplement per fer-nos-ho arribar a la societat.