Aida Miró y Viking Fader, un reputado artista internacional, se conocieron hace años a través de redes Ambos, artistas de profesión, decidieron unir fuerzas y presentar un proyecto de un mural al Ayuntamiento de Ibiza para el 8M. Todo encajaba perfectamente y fue aprobado, pero se decretó el estado de alarma y su trabajo tuvo que pararse.
Aún asi, no desistieron en su labor y cuando se permitió otra vez viajar, Viking pudo viajar a Ibiza desde Formentera y Aida volver a su isla. Decidieron que lo primero que harían sería pintar en una caseta en Cala Conta, de forma improvisada.
Segundo proyecto
De forma más organizada, Viking propuso pintar sobre los refugiados, tema muy presente debido la constante llegada de pateras en la costa Pitiusa y Balear. A Aida le pareció muy buena idea y preparon un boceto conjunto, ella con una imagen del rostro de una mujer y él con caligrafías.
El rostro es de una mujer paquistaní que busca expresar lo duro de la situación de los refugiados. Las caligrafías, por otra parte, son partes de la letra de una canción que habla de una travesía de refugiados.
La pared se encuentra en un recóndito lugar de la Mola, con increíbles vistas al mar. Decidieron buscar un sitio abandonado con un bajo impacto medioambiental.
El mural, titulado Morts que no compten buscan concienciar a la gente del grave problema mundial y que ahora viven las Pitiusas: gente que huye de la miseria, que arriesga su vida en busca de oportunidades que, quizás, no llegan nunca.
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