Videntes e invidentes compartieron ayer desayuno en el Hard Rock Hotel gracias a una iniciativa llevada a cabo por la ONCE y apoyada por el Consell d'Eivissa para concienciar sobre las dificultades a las que se enfrentan, cada día, las personas que sufren ceguera. Con un antifaz puesto, representantes de diferentes instituciones coincidieron en la importancia de seguir trabajando en la Ley de Accesibilidad Universal cuyo objetivo es garantizar la igualdad de oportunidades, la no discriminación y la accesibilidad universal de las personas y su autonomía.
Lo que se quiere conseguir con esta ley es que las personas que tienen algún tipo de discapacidad, bien sea física, auditiva, táctil, visual, intelectual, mental o sensorial, puedan actuar con la misma normalidad que el resto de ciudadanos. Y es que las barreras que se encuentran los 150 invidentes de Ibiza y Formentera a la hora de acceder al transporte público, cruzar un paso de peatones o circular por una acera, siguen siendo muchas.
En este sentido, Mariano Torres, director de la ONCE en Ibiza, habló de la «falta de accesibilidad» en la isla sin olvidar que, en los último años, las administraciones están siguiendo una buena línea de trabajo. «Cada vez que se hagan obras, se reformen calles o se creen nuevos espacios se deberían de tener en cuenta las recomendaciones de accesibilidad universal que hacemos las asociaciones de personas con discapacidad», señalaba. Este colectivo pide una mayor diferencia entre las rampas de los pasos de cebra y las de los garajes, más semáforos sonoros y aceras más practicables en las que no tengan que «esquivar a las bicicletas» a las que ni siquiera escuchan, entre otras cosas.
«El transporte público es una asignatura pendiente en Ibiza desde hace mucho tiempo», señaló Torres quien pidió una renovación de la flota con el objetivo de que todos, con discapacidad o sin ella, puedan hacer el mismo uso. Así, Lydia Jurado, consellera insular de Benestar Social, aseguró que «aún queda mucho por hacer» para conseguir que la isla sea más «amable» para todos los colectivos. «Ahora estamos con los presupuestos y planificando ciertas actividades dirigidas al campo de la accesibilidad», matizó.
Por su parte, la ONCE sigue apostando por facilitar la vida a todas aquellas personas que sufren ceguera gracias a numerosas iniciativas. La última se celebró el sábado gracias a la segunda jornada del voluntariado del Ayuntamiento de Ibiza. «Montamos un circuito simulando obstáculos que cualquiera puede encontrarse en la calle para que la gente se de cuenta de lo difícil que es manejarse sin ver o viendo poco», explicaba Torres. Y este miércoles se celebrará la presentación de una aplicación para el móvil que, bajo el nombre Lazzus, permite descubrir en tiempo real, gracias al GPS, los lugares que se encuentran alrededor de un usuario invidente o con alta discapacidad visual. «Tenemos que ponernos al día con las nuevas tecnologías», admitía Inmaculada Caro, consellera territorial de la ONCE en Baleares, porque «si no lo hacemos también estamos discriminando. Todas las APP y páginas web tienen que tener un formato accesible para todos».
Sin duda el desayuno de ayer, valga la redundancia, abrió los ojos a más de uno.
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