Emma Torres, nuestra Sardina Negra de esta semana y última de esta temporada para el PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA, es todo elegancia. Destila glamour, saber estar y educación exquisita en cada paso que da y en cada palabra que pronuncia a lo largo de la entrevista.

Modelo de pasarela, candidata a Miss Baleares, amiga de grandes diseñadores como Rubén Perlotti o Daniel Giannini, exorganizadora de la Pasarela Adlib y exdueña de una agencia y escuela de modelos en Ibiza, nuestra última protagonista de esta temporada es ahora una feliz profesora de niños con necesidades especiales del Instituto de Sa Serra. Y de todo ello hablamos junto a decenas de anécdotas y trucos de belleza en un divertidísimo programa que grabamos junto al Café del Mar y el Mambo Ibiza de Sant Antoni, viendo el mar y con un decorado natural que parece sacado de una película de cine. Un programa en el que, por cierto, Emma Torres no para de sonreír en ningún momento, ni siquiera cuando la ponemos a prueba haciéndola desfilar y posar con tacones entre las rocas, cuando le ponemos unos vídeos sorpresa o cuando.... bueno el final lo dejamos para que lo descubran ustedes mismos esta noche en la TEF a partir de las 21.55 horas. Les aseguro que no tiene desperdicio.

—Muchas gracias por estar aquí con nosotros hoy. Usted ya se ha ganado ser Sardina Negra superando todas las pruebas que le hemos puesto por delante. Nunca había visto andar con tanta elegancia a nadie con tacones sobre las rocas de esta parte de Sant Antoni.

—(risas) Se hace lo que se puede. Pero sí, es cierto, menudas pruebas, no sabía que ser Sardina Negra fuera tan difícil (risas)

—Una cosa. ¿Cómo se hace para pasar de ser una modelo conocida que ha desfilado para los mejores diseñadores y tener una agencia y escuela a ser una profesora de niños con necesidades especiales?

—¿Vaya cambio no? (risas) Bueno pues es algo que me rondaba la cabeza desde hace mucho tiempo. Yo primero empecé a estudiar Ciencias Políticas pero pronto descubrí que no era lo mío y que me gustaba más Magisterio, sobre todo la licenciatura de Psicopedagogía, porque tenía vocación para enseñar y sobre todo ayudar. Y a ello me lancé hasta que lo he conseguido.

—Pues lo hace muy bien. El pasado octubre consiguió que la Fundación Abel Matutes comprara una silla especial para una niña con necesidades especiales de su instituto, Sa Serra. Enhorabuena.

—Gracias. Fue algo inolvidable porque María Luisa, que tiene 15 años, sufre una parálisis cerebral y hasta aquel día usaba una silla de ruedas normal que solo le permitía dar vueltas sobre si misma. Ahora la nueva puede manejarla con una mano, superando sus problemas de espalda y consiguiendo cierta autonomía. Y te digo una cosa, su sonrisa no se paga con dinero.

—¿No se hace duro trabajar con niños con necesidades especiales? No creo que todo el mundo valga...

—A mi no se me hace duro porque en mi caso es vocacional. Trabajar con estos niños es muy bonito.

—¿Cual cree que es la clave?

—Intentar tener siempre una sonrisa en la cara porque ellos te aportan mucho más de lo que tu les das a ellos. Yo soy una persona súper positiva y trato a mis alumnos como a los demás niños porque al final son chicos que tienen otras capacidades que no tienen otros. Y por eso también soy estricta cuando es necesario.

—Lo de la sonrisa es cierto, parece que la lleva ya de fábrica en su cara...

—(risas)- Lo intento al menos porque soy de las que piensa que siempre hay que tener una sonrisa para todo porque al final la vida ya es suficientemente dura. Y si tu eres una persona positiva las cosas siempre son mucho más fáciles.


—Pues sí. Fue en el año 2000 y accedí a través de una especie de casting que se hizo aquí porque se ve que aquel año no había dinero para organizar un evento (risas). Después la experiencia fue maravillosa aunque no gané.

—¿De ahí nació su magnífica relación con Rubén Perlotti y Daniel Giannini?

—Sí. Para ir a la gala de Miss Baleares les pedí unos trajes prestados y ellos, no sólo no me pusieron problemas sino que me dejaron unos vestidos impresionantes. Y desde entonces, como son dos personas maravillosas, no hemos dejado de ser amigos. Incluso, me hicieron el traje para el día de mi boda.

—Esa boda fue el resultado de una preciosa historia de amor que aún continúa. Me ha dicho un pajarito que su marido se le declaró de una forma súper romántica...

—(Risas) Es verdad. Fue cuando estábamos de vacaciones en Sri Lanka, la antigua Ceilán. Una tarde él me insistió para que fuéramos a ver una puesta de sol y aunque yo no quería porque estaba muy cansada, él dale que dale, hasta que al final no tuve más remedio que aceptar. Así que allí fuimos y de repente sacó el anillo, se arrodilló en la playa y me dijo una frase que no se me olvidará nunca: «¿Quieres iniciar conmigo un viaje juntos para el resto de nuestras vidas?». ¿Increible no?

—Después, Perlotti, Giannini y usted se hicieron socios.

—Es cierto. Pusimos en marcha la escuela y agencia de modelos Style Models con la que, además, de intentar que las jóvenes ibicencas pudieran saber lo más posible para triunfar en la moda también organizamos muchos eventos y proporcionamos azafatas. De hecho, tal vez sea esto lo que más echo de menos de aquella etapa.

—Uno de estos eventos fue una Pasarela Adlib. ¿Al ver como ha cambiado todo desde aquellos años siente algo de nostalgia?

—Bueno fue una edición de la Pasarela Adlib en la que organizamos desfiles en el Parque Reina Sofía de Ibiza, en Formentera y también en la Feria de Turismo de Londres y creo, sinceramente que salió bastante bien. Y no, no siento nostalgia aunque si es cierto que todo ha cambiado mucho, entre otras cosas porque nosotros, aunque reservábamos lugares para la prensa especializada y los rostros conocidos, también intentábamos que los grandes protagonistas fueran los vecinos de la isla de toda la vida.

—Al final esos son los mejores críticos...

—(risas) Eso es cierto. Son los que más saben y de los que más te puedes fiar porque la Moda Adlib nació de ellos y pensada para el pueblo de Ibiza.

—Dígame la verdad. Es muy estresante organizar un evento de esta magnitud. Sobre todo porque seguro que los periodistas y los fotógrafos somos muy pesados.

—(risas) No hombre no tanto. Pero si que son días de mucha actividad y siempre pendiente de que nada falle y salga todo perfecto. Imagínate, montaje, luz, sonido, maquilladores, vips, periodistas, decoradores, diseñadores, modelos... y que todo salga perfecto. Eso sí, cuando todo sale bien y termina la satisfacción es máxima.

—Hablando de estrés. Usted que ha sido modelo de pasarela, ¿cómo es un desfile por detrás? Lo que no se ve.

—Pues imagínate, de todo menos tranquilo.

—¿Cómo hacen para no equivocarse de traje?

—(risas) Bueno porque al final todas las modelos son profesionales, tienen experiencia y cada una sabe cual es el que le toca tras probárselo en los ensayos previos. Pero bueno, eso no quita para que en ocasiones, entre el lío, alguien se pueda haber equivocado y cogido lo que no le toca.

—¿Y cómo hacen para no caerse de los tacones?

—(risas) Pues es complicado pero al final es cuestión de práctica. A andar con tacones solo se aprende andando con tacones. Además, y a modo de consejo, yo siempre recomiendo que si los zapatos te quedan un poco más grandes de lo normal le pongas por dentro un trozo de celo de ese que pega por las dos caras.

—Veo que a pesar de que ahora es profesora sigue relacionada con el mundo de la moda. ¿Engancha?

—¡Qué te voy a decir yo! Y lo bueno es que de vez en cuando Rubén Perlotti, que es el presidente de la Pasarela Costura España, se acuerda de mi y me invita como ha hecho este año cuando tuve la suerte de acudir junto a mi madre.

—Y con su experiencia que opina de la situación actual de la Moda Adlib?

—Me parece muy bien que siga creciendo como lo está haciendo y que algunos diseñadores innoven para aportar cosas nuevas. Lo único que no me gusta es que se pierda el lado más clásico y más romántico que siempre ha caracterizado a la Moda Adlib.

➧ PROGRAMA Hoy en la TEF a las 21.55 horas. El domingo 4 de junio resumen de la temporada