Álvarez-Nóvoa, nacido en La Felguera (Asturias) en 1940, fue también profesor, escritor y director teatral además de actor, aunque se hizo conocido para el gran público por su espléndido papel en «Solas» (1999), por el que también consiguió Premio del Festival Internacional de Tokio, de la Unión de Actores y la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos.
El veterano actor, que inició su prolífica carrera profesional en el teatro en los años 50, ha seguido sumando títulos a su trayectoria prácticamente hasta poco antes de su muerte, ya que este miércoles se estrena en la sección Zabaltegui del Festival de Cine de San Sebastián «La novia», inspirada en la lorquiana «Bodas de sangre» y dirigida por Paula Ortiz.
También este verano se subió a los escenarios en Barcelona con «Bangkok», obra ganadora del Premio SGAE de Teatro 2013 del dramaturgo Antonio Morcillo.
El pasado marzo se estrenó «La luz con el tiempo dentro», en la que Álvarez-Nóvoa interpretaba a Juan Ramón Jiménez en su etapa más madura, bajo la dirección de Antonio Gonzalo.
«Cuando alguien fallece hay un tópico: qué buen profesional, qué buena persona. Decir la verdad en este caso parece caer en este tópico, pero es la pura verdad. Era un profesional como la copa de un pino, tenía una capacidad dramática impresionante y una gran energía», ha referido Morcillo.
Fue un proyecto autogestionado por todos quienes lo hicieron posible, entre ellos el propio Álvarez-Novoa, «que quería hacer la vida de Juan Ramón Jiménez, y que lo hizo con un resultado impresionante».
El resto del equipo, con el que seguía en contacto a través de un grupo de WhatsApp creado tras el rodaje de «La luz con el tiempo dentro» ha reaccionado a su fallecimiento describiendo su trabajo con este actor como «emocionante» por ser una persona «afable, cariñosa, respetuosa, un gran compañero y un ser excepcional».
Carlos Álvarez-Nóvoa actuó además en «La hija del caníbal (2003), de Antonio Serrano, y «Elsa y Fred» (2005), del argentino Marcos Carnevale, y en series como «Cuéntame», «Gran Reserva», «Chiringuito de Pepe» y «Carlos Rey Emperador».
Entre sus numerosos galardones están la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos, el Premio Tirso de Molina (compartido con Diego Fernández), por su obra «La venus del espejo"; en 2009 el de la Unión de Actores por su papel en la obra teatral «Bodas de sangre"; en 2011 el del Festival Internacional de Cine de Moscú, por «Las olas», y en 2013 el del Festival de Cortometrajes Isaac Albéniz, por «Al otro lado».
Licenciado en Derecho, Filología Románica y Graduado Social por la Universidad de Oviedo, además de doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, durante varios años fue profesor de Historia del Teatro en el Centro Andaluz de Teatro.
Los restos mortales de Carlos Álvarez-Nóvoa han sido trasladados al tanatorio SE-30 de Sevilla, donde se instalará la capilla ardiente.
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FUE MI PROFESOR EN EL INSTITUTO DE MANACOR. Y ES EL PROFESOR QUE MEJORES RECUERDOS ME DEJO.SE HA IDO UNA GRAN PERSONA, DESCANSE EN PAZ...DON CARLOS ALVAREZ