Fotografía antigua y escultura, fusión perfecta

La simbiósis es perfecta y parece que todas las obras parecen haberse creado para exponerse juntas. Por un lado las imágenes en blanco y negro de Chico Prats (1916-2006), diez de ellas inéditas, nos permiten dar un paseo por aquella Eivissa que empezaba a recibir los primeros turistas, reparando en imagenes casi extinguidas de payesas comprando en el mercado, pescadores en el puerto, trabajadores en el campo, o las calles de las principales ciudades, en su mayoría sin asfaltar.

Y por otro, el visitante puede deleitarse con las esculturas de gran calidad y realismo de Aymat, elaboradas en piedra, acero o cerámica, y que reflejan caras, peces, colas de ballena y hasta un vehículo de finales de los años 20 del pasado siglo.

Chico Prats, de madre ibicenca nació en Barcelona, aunque desde pequeño pasó largas temporadas en la isla, especialmente durante los meses de verano. La luz y los colores de Eivissa inspiran su obra pictórica en la que refleja la magia de barrios como Sa Penya, pueblos como Jesús o rincones llenos de vida como el mercado de frutas y verduras, el puerto, los torrentes o la vida de las payesas, tanto en el campo como en la ciudad. Sin embargo, lo que se puede ver en Sa Residencia es un resumen de su magnífica colección de fotografías que servian de soporte para la realización de sus óleos.