La ibicenca Marta Torres posa junto a uno de sus últimas obras. | (c) Sergio G. Canizares
El 27 de julio de 1994 una joven ibicenca de nombre Marta Torres inauguraba su galería de arte en un lugar envidiable, el número 1 de la calle Conde de Roselló, en pleno caso histórico de Vila. Hoy, veinte años después sigue al pie del cañón con la misma sonrisa y la ilusión que antaño y con la satisfacción de quien se sabe una persona que ha ayudado a otras muchas a iniciarse en el mundo del arte. «Si alguien me llega a decir cuando empecé que iba a estar aquí sentada resumiendo los primeros veinte años de mi galería seguramente me lo hubiera tomado a broma pero mira, aquí seguimos y con la intención de cumplir otros veinte años más», comienza su charla con este periódico.
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Mucha grasias por tu belleza de cuadros y gran regalo para la vista y la isla y su gente, y el senayó con huevos y las testuras.