Al muy justiciero Batman no le hubiera gustado nada el ostracismo en el que su «padre», el dibujante Bob Kane, mantuvo siempre a Bill Finger, cocreador del personaje, para quedarse con toda la gloria (y «royalties»), unos hechos con los que David Hernando ha elaborado un revelador estudio novelado. Que Kane era un hombre ambicioso obsesionado con la fama y el reconocimiento se sabía desde hace décadas, pero «Batman, serenata nocturna» (Planeta), un relato sobre la creación del Caballero Oscuro apoyado en entrevistas y conversaciones a personas de su círculo, muestra un ser mezquino que levantó una red de triquiñuelas legales para que Finger siguiera siempre en la sombra y su nombre no apareciera en los créditos.
Murió pobre
Y vaya si lo consiguió. Finger, para muchos uno de los mejores guionistas de la historia del cómic, murió pobre en 1974, a pesar de que de su cabeza habían salido algunas de los elementos clave de las historietas del hombre murciélago, desde el nombre tras el que se oculta, el millonario Bruce Wayne, la ciudad de Gotham, el batmóvil, el Pingüino... «Incluso, la idea que da pie a que el personaje de Batman se convierta en un justiciero: que sus padres murieran asesinados siendo él niño. Casi se puede decir que el alma y el corazón de Batman son de Finger», comenta el autor y crítico.
David Hernando ha aprovechado el Salón del Cómic de Barcelona, que se clausuró ayer y donde se ha rendido homenaje a Batman por sus 75 años de vida, para presentar esta novela, que cuenta con una introducción de Roy Thomas, editor y escritor de DC Cómics y Marvel.
«La historia de Finger es un secreto a voces. Pensé que había un relato que contar en forma de novela, y me puse en contacto con su nieta (Athena), a la que le pareció bien porque el libro serviría para poner de relieve ante los seguidores de Batman el trabajo de su abuelo», comenta el autor en una entrevista a Efe.
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