Vicent Marí, ‘Palermet’, en una imagen de archivo. | ultimahora.es

Vicent Marí, Palermet, se convirtió el viernes por la noche en el protagonista de la segunda sesión de las jornadas ‘La piedra en la cultura pitiusa' organizadas por la Federació de Colles de Ball i Cultura Popular d'Eivissa i Formentera en el marco de XIV Jornades de Cultura Popular de les Pitiüses. Con apenas 34 años, este artesano nacido en es Cubells, experto en tradiciones ibicencas, ballador y sonador en sa Colla de Sant Josep de sa Talaia, y codirector del almanaque El Pitiús, que publica anualmente el Institut d'Estudis Eivissencs, dio una clase magistral sobre los oficios de la piedra en las dos islas y su evolución a lo largo del tiempo.

—Eivissa y la piedra y a la inversa es una relación que se alarga desde los albores del tiempo.

—Sí. Siempre ha estado muy presente en la vida de los habitantes de las Pitiüses porque era muy abundante y fácil de conseguir.

—¿Todo el mundo tenía relación con la piedra?

—Claro. Desde los agricultores que la tenían que quitar de sus campos para poder cultivarlos hasta todos aquellos que construían casas, pozos o aljibes o la utilizaban para conseguir cal, grava o marès.

—¿Pero ahora habrá cambiado mucho la forma de trabajar la piedra?

—Por supuesto. Durante los últimos años han surgido otros materiales más fáciles de adquirir y de trabajar como el hormigón, y la piedra ha quedado relegada. Sin embargo, también ha cogido mucho valor económico porque se ha convertido en un elemento puramente decorativo considerado casi de lujo. Algo que es difícil de creer si echamos la vista atrás.

—Quién se lo iba a decir a aquellos primeros ‘pagessos'.

—Realmente sí. Hay que tener en cuenta que ellos usaban la piedra en su día a día porque era algo que tenían muy a mano y era muy barato de conseguir.

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