«Da bastante respeto pensar que Antonio López va a estar viendo lo que pinto»

Preciado tuvo conocimiento del curso buscando por internet si Antonio López (y otros artistas) ofrecía algún taller, una iniciativa a la que llegó al considerar que en la facultad «no se enseña el arte figurativo, sino que se da un poco por hecho; se ha perdido la enseñanza académica para pintar la figura y quería encontrar a alguien que me enseñara», relata el joven artista, que vio como su esperanza se convertía en una relidad palpable al encontrar el curso en Olula y comprobar que aún estaba en el plazo para presentarse.

Las bases para acceder al taller indicaban que cada aspirante debía presentar un mínimo de cinco obras y un máximo de diez, las cuáles serían seleccionadas por el propio López y García Ibáñez. Casi un centenar de pintores enviaron sus cuadros para ocupar las 35 plazas disponibles en esta segunda edición del curso impartido por Antonio López. Preciado remitió diez. «Presenté lo que ellos buscaban, porque el curso se centra en la figura y el bodegón, así que envié el retrato de una amiga, un autorretrato y también una serie de graffitis sobre tabla», recuerda Preciado con el premio de su plaza bajo el brazo para un curso que compartirán compañeros procedentes de España, Japón, Chile, Italia, Uruguay y Bélgica.

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