IBIZA TEATRO

«De pequeño aprendí que no se podían meter los dedos en los enchufes, porque daba gustirrinín pero luego quedabas regular de la cabeza». Así de ‘especial' se mostó ayer noche el cómico albaceteño Joaquín Reyes sobre el escenario de Can Ventosa, al que llegó con bigote, americana gris, camisa inclasificable y calcetines a juego (con la camisa). El artífice de programas como Muchachada Nuio La hora chanante desplegó un amplio repertorio de «micromonólogos» que fue hilvanando en la hora y cuarto que duró su espectáculo, titulado, precisamente, ¡Soy especial!

Con el teatro lleno a rebosar (la ovación en cuanto Reyes pisó el escenario fue espectacular), el cómico, cervecita en mano, habló de sus padres, sus hermanos, su mujer... en un juego que pretendía formar una especie de relato sobre las propias vivencias pero que en realidad era el punto de partida para ir de un lado a otro (desde los mandos a distancia a Amaya Montero, pasando por las excursiones al campo o los informativos de Antena 3) provocando una carcajada tras otra en el respetable.

Porque Reyes tiene algo de cercano, algo del amigo gracioso del grupo con el que sales los fines de semana, pero con el equipaje que le ha aportado ser manchego, con toda una serie de ‘palabros' muy celebrados por su público a lo largo de los años, como por ejemplo «feapa», es decir, fea y guapa a la vez ('piropo' que le dedicó a Raquel del Rosario, la ex de Fernando Alonso).

Pero la intención de Reyes, según iba recordando, era que el público se fuera del teatro con la sensación de haber visto un espectáculo «muy completo», así que decidió «darlo todo» reinterpretando una canción de Ricky Martin (baile incluido) o dando una voltereta de espaldas (que repitió porque el movimiento en la primera ocasión había quedado «muy sucio» y él es «muy perfeccionista») antes de entonar la canción con la que se despidió de la Isla tras su primera actuación en ella.

Reyes ha conseguido crear su propio universo cómico con un humor cercano que no obvia la palabra gruesa pero que también esconde matices. Con esa fórmula ha logrado triunfar en los últimos años. Éxito que reeditó ayer en Can Ventosa.