Presentación de los participantes en la pasada edición del Concurso Internacional de Piano, en 2010. | EVA GOMEZ

El mundo de la cultura no puede separarse desde hace varios meses de la actualidad económica, y no precisamente para bien. La última víctima conocida de la crisis que padecemos es la XX edición del Festival Internacional de Música de Ibiza, que se organiza con carácter bianual en Sant Carles, y que deberá posponer al menos un año su celebración.

Así lo confirmó ayer una de las responsables de la cita musical, María Ángeles Ferrer, quien señaló a la falta de subvenciones como la responsable de la cancelación de los conciertos y del concurso internacional de piano. «Queda pospuesto para el año que viene porque no han podido confirmarse las subvenciones que habíamos solicitado al Ayuntamiento de Santa Eulària y al Consell d’Eivissa», apuntó ayer Ferrer, para quien «una cosa son las ganas y otra las posibilidades económicas».

No es la primera ocasión en la que el Festival Internacional se ve en un brete de este tipo. Primero fue anual, posteriormente tuvo que transformarse en bianual y no hubo edición entre 2005 y 2008, también por problemas económicos. «No somos los únicos —recordó Ferrer—. Se han pospuesto otros festivales, ciclos de conciertos y concursos a nivel nacional. La situación es seria».

Continuará

Aunque la asociación del Centre Cultural de Sant Carles está lejos de rendirse. Sus dos decenas de miembros se reunirán próximamente para tomar la más que probable decisión de seguir adelante. «La idea no es que el festival acabe, sino solo posponerlo. Seguramente aprobaremos continuar, porque creemos que es un proyecto muy diferente a nivel insular y a nivel nacional, por la valoración que se hace de los pianistas jóvenes. Alcanzamos un punto de éxito y reconocimiento internacional y aún pensamos que se le puede sacar más provecho», reflexionó Ferrer.

El presupuesto del Festival Internacional de Música de Ibiza se mueven entre los 35.000 y los 40.000 euros. La iniciativa privada se encarga de entre un sesenta y un setenta por ciento de esta cantidad. «Mano de obra, recursos humanos, gestión, dirección y muchos de los premios, la infraestructura hotelera... Hay mucha ayuda que viene de manos privadas y para llegar al cien por cien del presupuesto necesitamos la ayuda pública», matizó. Sobre esa ayuda privada, Ferrer añadió que «hay muchos premios que tienen a empresas de la Isla detrás, premios especiales, y tienen ganas de seguir». La intención del certamen sería la de conseguir tener «un palmarés más grande».

Hay que señalar que esos 35.000 o 40.000 euros incluyen todos los aspectos del festival, teniendo en cuenta que en la pasada edición hubo más de cien participantes (los menores de edad venían acompañados de familiares o profesores) y cinco conciertos, lo que sumó unas 150 personas desplazadas en total. «Los presupuestos son muy ajustados. Editamos un programa que tiene mucha calidad. Se junta lo que podemos disponer y se le saca mucho provecho», remarcó Ferrer.