El compositor ibicenco Roig-Francolí, en una foto de archivo. | Lisa Ventre/UC

Las estrellas llevan música de Miguel A. Roig-Francolí. Y también el cazador Orión, que se convirtió en constelación. El compositor ibicenco cedió su obra Orión a la Orquestra Simfònica de Balears para que el pasado 18 de julio la interpretase en el Festival del Bellver. Era un gesto de solidaridad. Actualmente reside en Cincinnati desde donde imparte clases de Teoría Musical y Composición en el conservatorio de la Universidad de la ciudad estadounidense. Roig-Francolí es autor de dos libros que se utilizan como textos obligados en más de 100 universidades de EEUU y Canadá.

—¿Por qué cedió la obra ‘Orión' a la Simfònica?

—Salvador Brotons quería hacer una obra mía en el Festival de Bellver, pero el presupuesto de la orquesta este verano era mínimo. Decidí ceder los materiales de forma gratuita como apoyo al esfuerzo que están haciendo para conseguir sobrevivir con un presupuesto digno de una orquesta de esta categoría.

—Descríbame ‘Orión'.

—Intensa y dramática. Es una obra orquestal de 12 minutos de duración en la que se evoca la belleza de la constelación estelar Orión y el drama de la historia mitológica del cazador que lleva el mismo nombre. Está basada en un motivo de tres notas, símbolo de las estrellas que forman el llamado Cinturón de Orión. Este motivo, tratado con variedad de texturas y técnicas imitativas, da lugar a las cinco grandes secciones que constituyen la obra. La cuarta sección, que conduce al clímax, es una gran fuga orquestal (símbolo de las acciones de persecución propias de un cazador) sobre las tres notas de Orión.

—¿Qué le parece la situación por la que ha pasado la Simfònica? Ha sobrevivido de milagro.

—Creo que [los músicos] han hecho una excelente labor de reivindicación y concienciación del público mallorquín. Es evidente que los cortes drásticos afectan a todos y que cultura y educación son desgraciadamente dos de las áreas que más están sufriendo (junto con sanidad), pero no me creo que tenga que ser necesariamente así, y Balears no puede permitirse de ninguna manera perder la Simfònica.

—¿Cómo ve la subida del IVA para los productos culturales del 8 al 21%?

—Es un síntoma de miopía extrema. El futuro de un pueblo radica en la educación y la cultura es la expresión de la identidad colectiva de un pueblo. No invertir en el futuro y en la identidad cultural es algo que tendrá efectos graves a largo plazo, algo que nuestros hijos acabarán pagando. Por lo demás, aunque no soy economista, leo a Paul Krugman, y como él, creo que los recortes extremos no conducen al crecimiento y a la creación de empleo, sino más bien todo lo contrario.

—¿Está componiendo obras nuevas?

—Tengo planeado componer una obra corta para tenor y cuarteto de cuerda sobre un poema de Ramon Llull para el acto del décimo aniversario del Institut Ramon Llull, que se celebrará en la iglesia de Sant Francesc de Palma el 25 de octubre. Además, voy a componer la obra orquestal Andrómeda, que continúa el ciclo que empezó con Orión. También estoy trabajando en un amplio proyecto analítico de la música de Tomás Luis de Victoria.

Al compositor le espera un otoño ajetreado. Tiene encargos además de proyectos personales que le mantendrán ocupado.