La bailadora de flamenco Leilah Broukhim ofrecerá por primera vez en España una muestra de su espectáculo Dejando huella, en una actuación en la galería B12, donde se exponen obras de su madre, la pintora Elisabeth Louy, que acompañarán su actuación, hoy a partir de las 21 horas. La artista, nacida en Nueva York, explicará a través de su danza sus orígenes judío-sefardíes.
—Es la primera vez que presenta su espectáculo Dejando huella en España, ¿por qué en Eivissa?
—Eivissa es un lugar muy simbólico y creo que mi espectáculo se podrá apreciar gracias a la diversidad que existe en la Isla. Aquí hay gente muy interesante, que viene de lugares muy diferentes y trae su historia a Eivissa. Además, los ibicencos y la propia Isla también tienen una historia muy fuerte e importante. Habíamos estrenado el espectáculo en ciudades como Cracovia (en el Festival de Cultura Judía), París (en el Museo de Arte e Historia del Judaísmo) y Nueva York (como parte del Festival Flamenco USA 2012).
—¿Qué podremos ver de Dejando huella el próximo lunes?
—Ofreceré una muestra de mi espectáculo, que cuenta la historia de una mujer judía sefardí a través del tiempo, de sus antepasados. Dejando huella se divide en tres partes: la expulsión de los judíos de España durante la Inquisición, la llegada del grupo judio-sefardí a Persia cien años después y para terminar, el presente, con la llegada de los judíos a España de nuevo, que es como volver a las raíces.
En Eivissa mostraré la segunda parte, la persa, que ofrece una fusión de flamenco con música iraní. Actuaré junto a Bahramji, un músico iraní que toca el santur, un instrumento tradicional de cuerda. Y habrá músicos de la Isla: la cantante Mati González, Arturo Muñoz en la guitarra y, en la percusión, también estará el sevillano Luis Amador.
—Coincidirá con la exposición de su madre, Elisabeth Louy, en la galería B12.
—Sí, de hecho, el espectáculo estará acompañado por las obras de mi madre. Se tratará de dibujos y caligrafías que irán apareciendo como si la música que va sonando las hiciera surgir. Tengo mucho cariño a Eivissa y mi actuación fue idea de mi madre y de los responsables de la galería, puesto que el director es iraní y quería algo de flamenco con fusiones.
—¿A qué tipo de público se dirige el espectáculo?
—Creo que está dedicado a un público universal, no solo a los amantes del flamenco, sino a los de la música en general. Es una fusión creada con mucho amor y además cuenta una historia con un gran peso cultural. Son las raíces de una mujer, pero podrían ser las de cualquiera porque todos llevamos el peso de nuestros antepasados, las huellas que definen nuestro camino y el futuro.
—Será, entonces, una noche muy especial para usted, pero también para el público.
—Pienso que sí y que puede gustar mucho el espectáculo. Lo hemos presentado en ciudades muy diferentes pero siempre hemos tenido la misma respuesta por parte del público: mucha emoción. Creo que será una noche muy especial, no solo por la danza, la música o porque se expongan obras de mi madre sino porque habrá algunas creadas exclusivamente para el espectáculo. Será algo mágico, una noche persa completa, estará mi madre que es iraní y la galería ofrecerá vino y comida de Oriente Medio.
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