Lenny Kravitz se entregó a fondo en su concierto, que supuso, junto con la actuación de Luciano, el cierre de Ibiza 123.

Las nubes impidieron tener una puesta de sol en condiciones pero ajeno a la meteorología, el cantante norteamericano Lenny Kravitz ofreció una catártica actuación en el cierre de la primera edición del festival Ibiza 123 en ses Variades. Con una contundente entrada al son de Come on and get it el público se entregó de inmediato al rock y comenzó a saltar y bailar, una constante que no abandonó durante la hora y media larga del concierto.

Kravitz apostó desde el principio por sus temas más reconocibles y ya en la segunda pieza volvió loca a la audiencia con Mama Said, a la que siguió de inmediato American Woman. "Tenéis una isla maravillosa, es mi primera vez en Eivissa y este lugar es increíble. He esperado 23 años para tener la oportunidad de venir aquí", lanzó desde el escenario Kravitz, al mismo tiempo que pedía la ayuda de los asistentes en los coros de It ain't over till it's over. Junto a Kravitz, una potente sección de viento se erigía en la cada vez más cercana noche. La luna llena se confundía con los globos promocionales que flotaban sobre el recinto. Pero la atención se centraba en el escenario, desde donde el cantante regresó a su primer single, Mr. Cab Driver, cerrado con un gran solo de trompeta y teclados.

‘Black and White America'

La vena más concienciada de Kravitz se hizo patente con Black and White America, mientras la gran pantalla del festival lanzaba imágenes de la propia infancia del cantante y de momentos históricos de la lucha contra la segregación en EE UU. El medio tiempo de Fields of Joy atemperó los ánimos del respetable, que se emocionó con una sentida interpretación de I'm gonna stand by my woman now. Si alguien podía imaginar el cierre perfecto de Ibiza 123 posiblemente debía sentirse identificado con lo que estaba ocurriendo en ses Variades.

Tras Believe y Stand, Kravitz se refirió por primera vez al espíritu electrónico que domina la escena musical en Eivissa durante el verano. "Aquí hay una música electrónica increíble", afirmó, pero solo para remachar la frase con un rotundo "pero Eivissa es hoy una ciudad de rock and roll". El entusiasmo entre el público seguía creciendo y Rock star city life y I want you get away cerraron ‘oficialmente' el concierto.

"Esto es increíble", seguía afirmando Kravitz, que llegó a Eivissa el domingo procedente del festival Rock in Rio. El primer bis de la noche fue Let Love Rule, y allí demostró su madera de gran estrella. Hizo cantar al público y saltó al foso, recorrió el espacio que separa el escenario de la torre de sonido, chocando manos, sonriendo y saltando. Cientos de móviles intentaban captar el momento mientras las pantallas retransmitían la secuencia para envidia de todos aquellos que se encontraban lejos de su recorrido.

Pero no hay que olvidar que Ibiza 123 es un festival ‘rocktrónico', así que Kravitz introdujo en su actuación al dj Luciano, a quien el público saludó con una gran ovación. Con su mechón rosa y una camiseta gris se situó tras su mesa de mezclas. A su lado, Lenny, un guitarrista y un saxofonista. Así, en formato casi íntimo, impactaron con una bailable versión de I belong to you. Los miles de personas presentes en ses Variades bailaban casi hipnotizadas. Al parar la música, las luces se apagaron, pero quedaba más. Kravitz no estaba dispuesto a irse así como así y, para sorpresa de todos, decidió cerrar su concierto con una electrificante interpretación de Are you gonna go my way para dejar definitivamente el escenario a Luciano.

La primera edición de Ibiza 123 ya es historia. Solo queda un año para comprobar su impacto y vivir de nuevo la experiencia del ‘Rocktronic'.