—¿Cuál es la valoración que hace de este IMS?
—Cada año digo lo mismo, pero este año ha sido impresionante. El nivel artístico, el contenido, la respuesta de la gente. Era otro nivel. No sé como podemos superarlo si seguimos mejorando así. Estoy supercontento de poder estar aquí hablando con gente de ese nivel. Que venga Giorgio Moroder y te diga que nunca ha estado en un evento como este te hace sentir muy orgulloso.
—Han conseguido unir la parte comercial, de promoción, técnica, artística...
—Sí. Y no solo eso. Hemos unido a generaciones completamente diferentes. Hemos conseguido una base para que se produzca una comunicación entre todos esos elementos del sector de la música. Hablando de la música electrónica, creo que es ilimitada. La música es música y esta edición del IMS nos ha enseñado que con solo poner el nombre en la caja de un disco no será suficiente.
—La intervención de Luciano en el último acto del Summit expresa muy bien esa idea acerca de la música electrónica que comenta.
—La música electrónica está mirando en todas las direcciones y no solo hacia las discotecas. La radio, el cine, anuncios, redes sociales... Es un género de música que lo toca todo y ya no podemos decir que solo es música de pista, música de baile. Luciano quiere hacer música con ritmos españoles, Nile Rodgers hace discos con Daft Punk, todo esas operaciones están en marcha. Ya no hay tantas diferencias en el sector.
—Una de las constantes que se han comentado en el IMS es el regreso de la música en vivo. ¿El futuro de los clubs pasa por recuperar la música en vivo?
—Creo en la fuerza de la pista, en la energía de la gente que quiere bailar. Es una necesidad humana, tribal, que tenenemos. Y si es con una guitarra o con un portátil no importa. Pero sí, la música evoluciona. Luciano ya no pone una canción después de otra sino que coge elementos de varias y los va combinando. Nada es ya blanco y negro. Ahora es más fácil incorporar un elemento en directo y ponerlo junto a una grabación de los años setenta y añadir un ritmo de ahora.
—¿La intención del IMS sigue siendo la de no crecer?
—Hemos llegado a nuestro aforo máximo. No tenemos ni el espacio ni el interés de crecer más, porque tenemos el nivel de gente perfecto, un buen equilibrio entre los sectores de la industria. Tenemos una buena mezcla, no sé si es por suerte, porque estamos en Eivissa o por la época, pero segruimos manteniendo esa buena mezcla y funciona. Siempre llegaremos a ese punto en el que la gente se va de aquí diciendo que han aprendido algo nuevo o que han conseguido nuevos contactos. Todo es positivo, solo queremos que la gente venga aquí y se involucra. Busca soluciones, no solo escuchar.
—Entonces, ¿esa misma intención de no crecer facilita el no tener tanta presión de cara a la próxima edición, el no tener que pensar ‘tenemos que llegar a mil delegados, por ejemplo?
—El año que viene tendremos otra vez quinientos delegados, pero con un mejor contenido, con mejores conferenciantes, mejor servicio. Hay cosas que se pueden mejorar, como en todos los actos. Pero pensando en donde estamos y donde hemos empezado estamos supercontentos. Y no solo nosotros como IMS, sino también los delegados, los conferenciantes. Han salido negocios nuevos y ese era el objetivo y se ha conseguido.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.