Bajo el título La disciplina de l'existent, los arquitectos barceloneses Ricardo Flores y Eva Prats ofrecerán el próximo viernes, una conferencia, a las 20 horas, en la Demarcació d'Eivissa i Formentera del Col·legi Oficial d'Arquitectes de les Illes Balears, situada en la calle Pere Tur, 1 de Dalt Vila, en la que hablarán sobre su trabajo en la rehabilitación o reutilización de edificios existentes, como el Palau Balaguer (Mallorca) reconvertido en centro cultural. «Hablaremos de la relación entre lo viejo y lo nuevo en nuestro trabajo y del diálogo a través del tiempo que establecemos», explicó ayer Flores.
-¿Cuál es la importancia de la rehabilitación arquitectónica?
-No hay que tener miedo en volver atrás en la historia del edificio y de ser consciente que tu mano es sólo una de las muchas que ha pasado por el edificio y que dentro de cincuenta o cien años llegará otro arquitecto que hará algo parecido. Es la cuestión evolutiva de nuestro trabajo.
-¿Cual es la premisa principal al aceptar un proyecto?
-Nuestro trabajo debe partir del respeto por lo que había pese a que se obtendrá un resultado nuevo. Al final todo debe sumar y dar la sensación de unidad.
-¿Qué trata de transmitir el título de la ponencia?
-La disciplina de l'existent se refiere al ‘fantasma' que siempre ha habitado en el edificio, a través de las intervenciones. Es importante meterse en la mente del arquitecto que diseñó ese edificio y, con frecuencia, pensamos en arquitectos clásicos que nos gustan y dibujamos como si fuéramos él, adoptando sus intereses con el fin de obtener un resultado óptimo.
-¿Trabajan con proyectos planificados previamente o se dejan influir por cada lugar?
-Lo que nos ocurre a nosotros es que nunca trabajamos con ideas preconcebidas y siempre nos dejamos guiar por lo que vemos. En arquitectura, el trabajo surge de la observación. Cuando observas evocas, llegan las ideas e intentas reproducir cómo era la vida de la gente que habitaba en el lugar en otros tiempos. No creemos en la arquitectura como algo que llega e impone sus ideas sino más bien como un diálogo.
-¿Cómo definiría el momento crítico en el que tiene que optar por derrumbar algo antes de comenzar la reconstrucción?
-Es algo casi epifánico y sucede exactamente como lo ha definido. Aunque hay que estar muy seguro cuando empiezas a coser algo roto con lo nuevo. Es duro pero sabes que tienes un objetivo claro antes de comenzar a construir algo nuevo. Si eres capaz de convencer a todo el mundo de que, lo que haces vale la pena, es muy emocionante.
-¿Es frecuente que un arquitecto consiga proyectos de este tipo?
-No hay mucha oportunidad de trabajar en un edificio histórico y cada oportunidad debes cogerla con todo el entusiasmo porque, además, son muy costosas económicamente.
Total entusiasmo
Ricardo Flores transmite auténtica pasión cuando habla de su trabajo. Explica con el detalle de un antropólogo cómo a veces prefiere conservar una entrada de luz que dota al edificio de una calidez especial. «Es cierto que a veces debe establecerse un diálogo a tres bandas entre los deseos del propietario, la historia del edificio y el arquitecto», asegura Flores.
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