Los canteranos de Santa Cecilia

Pasaban pocos minutos de las seis de la tarde cuando alumnos, familiares, amigos y profesores se afanaban en ocupar sus asientos en el auditorio del Conservatori Superior de Música i Dansa d'Eivissa i Formentera que presentaba un lleno absoluto. Las autoridades, en primera fila, arroparon con su presencia un concierto destinado a ser una celebración de la música por sí misma. La ocasión sirvió también para presentar ante el público el buen hacer de numerosos alumnos que han finalizado sus estudios en el centro, que este año ha cumplido treinta años.
El concierto de Santa Cecilia, patrona de los músicos, se celebró ayer por primera vez en la nueva sede del Conservatori. Su director, Jaime Manuel Ribas, fue el primero en intervenir con un discurso de bienvenida en el que no faltaron las reclamaciones «para prestar apoyo con el fin de dotar y equipar al Conservatorio con las especialidades y el material necesarios para convertirlo en un centro de referencia musical y cultural». Tras su parlamento fue el turno de Isabel Cerdá, directora general de Cultura del Govern, que excusó la presencia de Rafel Bosch, conseller de Cultura i Educació del Govern, y que quiso hacer extensiva la celebración a «todos los amantes de la música». Asimismo, aprovechó para felicitar al flautista ibicenco Rafael Adobas Bayog, que representará a Balears el mes que viene en Madrid en el Certamen de Interpretación ‘Intercentros Melómano'.
Vibrante
Los primeros en actuar fueron los alumnos ganadores de los Premios de Fin de Curso de los grados Elemental y Profesional. El clarinetista Adrià Torres Amorós interpretó Promenade, de R. Clérisse; tras él fue el turno del pianista Álvaro Rodríguez Cabezas que interpretó a la perfección la complicada pieza de Franz Liszt, Liebestraüm. El último fue el saxofonista Franco J. Botto Alicio que ofreció una vibrante ejecución de Improvisación nº1, de R. Noda.
Tras la entrega de más de una veintena de certificados de enseñanza elemental, trece títulos profesionales y premios de Grado se entregaron cinco Premios Extraordinarios y Premios de Honor. Tras algunos contratiempos, ya que uno de los diplomas que debía entregarse no llegó a tiempo, regresó la música al escenario del auditorio.
En primer lugar actuó la Orquesta de Cámara dirigida por Nélida Boned, una formación de cuerda formada por veintiséis alumnos de Enseñanza Profesional. La agrupación de violines, violoncelos, contrabajos y piano preparó Amadeus!, de Mozart y Out of Nowhere, de E. Heyman y J. Green con arreglos de J. Caponegro. Los aplausos del público, que no cesaban tras su concierto, hicieron que concluyeran su actuación con el vals, Los patinadores, fuera del programa.
La Banda de alumnos de Enseñanza Profesional, dirigidos por Adolfo Villalonga, fueron los encargados de concluir la velada con Fantasía, de la ópera Carmen, de Bizet y un medley de temas de Abba. La formación de viento, compuesta por trompeta, flauta travesera, flauta baja, trombón, violoncelo, clarinete y saxo; interpretó Dancing Queen, Mamma Mia!, Fernando y The winner takes it all antes de retomar varios compases de Carmen, ya que el público, con sus aplausos, también requirió la interpretación de una tercera pieza.