De izq. a dcha., Raimon Torres, Raimon Ollé, Isabel Feliu y Nina Ferrer durante la charla.
Tras más de 45 minutos de retraso por un problema técnico que concernía a una de las ponentes comenzó la conferencia en el Coaib, cuyo objetivo era presentar los trabajos de inventariado, catalogación y restauración del Arxiu Broner.
Nina Ferrer, restauradora de papel, fue la encargada de relatar el trabajo que ha realizado para conservar el contenido perteneciente al arquitecto que residió en sa Penya.
Se trata de aproximadamente 1.559 documentos (que probablemente superan los 2.000 si se cuentan de manera individual) que Ferrer se ha encargado de clasificar en tres categorías: Pintura y cine, Documentos personales y Proyectos.
El contenido
La primera categoría es la más precaria en lo que a número de documentos se refiere, al tratarse de una de las facetas más desconocidas de Broner y que no era su actividad más importante. Incluye un total de 30 documentos que incluyen fotografías del Grupo 59, recortes de prensa e instantáneas junto a su obra.
La categoría de Documentos personales es la segunda, en lo que a volúmen se refiere, ya que consta de aproximadamente 210 documentos que abarcan desde su infancia hasta su muerte. Fotografías, currículums y cartas de recomendación, entre otros archivos que reflejan la vida cotidiana del diseñador.
Por último, la categoría de Proyectos arquitectónicos es la más numerosa e importante. Se trata de aproximadamente 1.250 documentos que conforman planos, fotografías, diapositivas y diseños de muebles, entre otros, así como correspondencia con las personas que le encargaban los proyectos. En esta categoría abunda el material gráfico y los documentos escritos son escasos.
La restauradora procedió a detallar el proceso que siguió para clasificar y poder trabajar con facilidad con un material cuyo objetivo es hacer accesible a todo aquel especialista, investigador o persona en general, que esté interesada en profundizar en la figura y el legado de Broner.
Nina Ferrer comenzó su ponencia hablando de sus primeras experiencias al afrontar la tarea que requería el archivo. «Cuando llegué me encontré muchos documentos y he de decir que la gran mayoría de ellos estaban entre regular y bien, en lo que a su estado de conservación se refiere. Además, el material no estaba excesivamente desorganizado», aseguró, y añadió que su tarea principal era «la conservación».
El próximo paso será digitalizar la totalidad de los documentos que se han listado para evitar que se deterioren con el paso del tiempo.
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