El Museu de la Mediterrània expone obras de Carles Guasch

En un texto de Helena Alvarado (L'elegant màgia de l'abstracció) sobre esta exposición de Guasch, la escritora catalana residente en Eivissa apunta: «Cada nuevo cuadro, como en una sinfonía, tiene la virtud de recordarnos o de hacernos revisitar el anterior, y a la vez, sin olvidarlo, de sugerirnos nuevas propuestas en la búsqueda de una constante reapropiación y en la difícil reelaboración del decir más con menos en la construcción de una espacio plástico propio, pulcro e insinuante, en el que la consistente y fina belleza de los ponderados blancos y azules se enriquece con la fuerza de los grafismo o con las incursiones cromáticas que amplían otros códigos pictóricos», reflexiona Alvarado, añadiendo: «Así, la intensidad del conjunto de la obra, reside, justamente, en la conjugación del orden intelectivo y la mirada intimista, en el equilibrio que oscila entre la contención y -permítanme decirlo- una refinada pasión».

Trayectoria

Carles Guasch comenzó su formación artística en la Escola d'Arts i Oficis de Eivissa, continuándola en la Escola Massana de Barcelona. En los 80 presenta su obra sobre todo en Catalunya y en su isla natal, siendo el Ateneu barcelonés el espacio que acoge su primera exposición individual; mostrando también sus pinturas en el Palau de la Virreina y en otros puntos de la Ciudad Condal.

Tras sus años en Barcelona, Guasch vuelve a Eivissa, donde su estilo evoluciona hacia una abstracción más lumínica y lírica. Una etapa expositiva muy prolífica, con un buen número de exposiciones en varias ciudades españolas y europeas, así como en Estados Unidos; llegando también el pintor en los años 80 a abrir una galería (Skyros) en la zona de la Marina.