Mañana domingo, el Xavier University Concert Choir estrenará en Cincinnati una nueva obra del compositor ibicenco Miguel Àngel Roig-Francolí, Cinco miniaturas góticas para coro a cappella (2009. La pieza, dirigida por Tom Merrill, figura en el programa del concierto de primavera de la entidad. Además, el musicólogo, profesor de Teoría Musical y Composición en la Universidad de Cincinnati, tiene otros proyectos en cartera: el estreno en el Carnegie Hall de Nueva York el próximo 24 de octubre de Canciones del infinito para violín y piano (2010), un encargo de la Fundación para la Música Ibérica de Nueva York, que será interpretado por su esposa, la violinista Jennifer Roig-Francolí, y el pianista Adam Kent. Obra que tendrá este verano dos 'pre-estrenos', en Cincinnati y en Burgos.
Además, el próximo 25 de noviembre la Orquestra Simfònica de Balears interpretará su Cinco piezas para orquesta (1980), obra no presentada aún en las Islas, pero que han tocado las principales orquestas de España.
De ayer a hoy
Respecto a Cinco miniaturas góticas, Roig-Francolí apuntó a este periódico: «Como especialista en la música y teoría musical de la Edad Media y el Renacimiento, he observado a menudo que la música de los siglos XIII y XIV (de compositores como Perotin y Machaut) puede sonar muy actual a nuestros oídos modernos».
Así, cuando el director del Coro, Tom Merrill, le pidió el año pasado que escribiese una obra coral para su concierto de primavera, que iba a celebrarse en uno de los grandes espacios neogóticos de Cincinnati, «la idea de unas miniaturas corales en estilo gótico me pareció totalmente apropiada, porque -como decía Verdi- 'volvamos a lo antiguo y será un progreso'», señaló el compositor ibicenco.
Entrando en la 'cocina' de la composición, Roig-Francolí explicó: «Aparte de un cantus firmus sobre la melodía gregoriana Invocabit me en la segunda pieza, la obra no incluye ninguna cita o referencia directa a música o compositores medievales específicos. He adoptado una variedad de estilos polifónicos medievales, pero lo he hecho deliberadamente 'de oído', basándome en mi memoria y conocimiento de esta música; lo que ha significado un proceso de interpretación libre de estilos antiguos, desde mi perspectiva y a través de mi oficio de compositor actual».
En su opinión, «el resultado es algo que identifico plenamente como 'mi' música; es decir, la de un compositor del siglo XXI que reconoce y absorbe la belleza y vigencia de la música medieval, y al hacerlo establece un diálogo musical y espiritual directo con los grandes maestros de las catedrales de la Baja Edad Media».
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