El próximo viernes 23 de octubre el espacio cultural de Can Ventosa en Eivissa acogerá El año del pensamiento mágico, la adaptación teatral del libro con el mismo título de la escritora norteamericana Joan Didion, hecha por ella misma. Se trata de una crónica meticulosa y prodigiosa por su sinceridad y pasión conmovedoras.

La obra será representada por la compañía Lluna Nova y protagonizada por la actriz Marta Angelat.
El año del pensamiento mágico cuenta la historia de la escritora. Unos días antes de la Navidad de 2003, Quintana Roo, la única hija de Joan Didion y del también escritor John Gregory Dunne, se ponía enferma de lo que en un principio parecía una gripe, pero que rápidamente evolucionaría hacia una neumonía y acabaría en un choque séptico en la unidad de cuidados intensivos en un coma inducido y con respiración asistida. El día antes de Fin de Año, los Dunne, después de haber visitado a su hija en el hospital, se disponían a cenar en su apartamento de Manhattan cuando John Gregory Dunne tuvo un ataque cardíaco fulminante. Murió en el instante. En unos segundos la relación íntima y simbiótica de los dos escritores durante cuarenta años se acabó. Cuatro semanas más tarde su hija salía del coma. Dos meses después, en primavera de 2004, cuándo parecía ya recuperada, Quintana tuvo que volver a ser hospitalizada durante meses a causa de una hemorragia cerebral masiva. Acabó muriendo el 26 de agosto de 2005 de una pancreatitis aguda.

La obra es una manifestación poderosa del dolor y la pérdida y al mismo tiempo una imborrable y personal mirada a cuarenta años de matrimonio y colaboración profesional de dos de los escritores norteamericanos más emblemáticos del siglo XX.

Según la propia autora, «El año del pensamiento mágico es mi intento de dar sentido a todo aquel periodo, semanas y meses, que arrancaron de mí cualquier idea previa que hubiera podido tener sobre la muerte, la enfermedad, sobre la probabilidad y el azar, la buena y mala suerte, sobre el matrimonio, los hijos y la memoria, sobre la pérdida, sobre la manera en que las personas aceptan o no el hecho de que la vida se acaba, sobre la superficialidad de la razón, sobre la vida misma».

La crítica ha dicho de esta obra que es «dura, brutal, compacta, precisa, inmediata y da al espectador una sustancia increíblemente cercana y profunda», que, «de manera clara y controlada, Didion, al principio, parece controlar el frío estilo de la autopsia, pero el sentimiento más visceralmente doloroso pronto se hace visible», o que, «Didion nunca antes había sido tan visionaria o conmovedora como lo es aquí, ofreciendo dolorosos flashbacks a cuarenta años de matriomonio vital y enriquecedor».