Pasión nipona
A estas alturas del desarrollo que el flamenco está teniendo en medio mundo, no resulta extraño encontrar una bailaora japonesa; ni guitarristas, y hasta cantaores, aunque a éstos les venga más difícil atreverse con lo 'jondo'.
En el caso de Haruka, que en la actualidad tiene 24 años, la afición al baile flamenco le vino de su primer viaje a España; y lleva ya estudiando y bailando desde hace siete años, primero en su país con una profesora y luego en la escuela madrileña Amor de Dios. «El baile flamenco que prefiero es el de las bulerías. Lo que voy a hacer en la isla serán alegrías y soleas por bulerías. Me gusta bailar sola, pero también dentro de un espectáculo. No hay problema», apuntó ayer a este periódico la entusiasta bailaora nipona, quien conoció a Marcial precisamente en su escuela madrileña. «Será mi primera visita a esa isla, que creo tiene discotecas muy famosas y playas muy bonitas. Aunque igual ya es un poco tarde para poder disfrutarlas, ya veremos», apuntó Haruka, añadiendo que quiere seguir bailando en España, «pues me gusta mucho este país y su gente».
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