El cineasta británico Duncan Jones, hijo del cantante David Bowie, reivindica la ciencia-ficción de la vieja escuela con su primera película, Moon, que se presentó ayer dentro de la sección competitiva del Festival de Cine Fantástico de Sitges. El film, que tuvo una gran acogida por parte del público y de la crítica presentes en el Festival, narra la historia de una plataforma minera de obtención de helio-3 en la cara oculta de la Luna, al cuidado de un único habitante, el astronauta Sam Bell, interpretado por el actor Sam Rockwell, quien mantiene una comunicación a distancia con la Tierra donde dejó tres años atrás a su mujer y a su hija. En ese contexto de soledad, el único interlocutor de Sam es Gerty, una versión reducida y amable del Hal de 2001: Una odisea del espacio , al que Kevin Spacey le cede su voz.
Jones ha comentó ayer en la presentación que su amor por el género viene de «la posibilidad que te da la ciencia-ficción de escapismo, la oportunidad de crear cosas con mucha imaginación, así como de contar historias muy personales». Para el joven debutante, «la edad dorada de la ciencia-ficción fueron los años 70 y principios de los 80.
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