EFE-VENECIA

El veterano actor Omar Sharif fue ayer el protagonista de la Mostra de Venecia, donde, a sus 77 años, presentó una película a competición, El Mosafer (The traveller), y dio toda una lección de dignidad y profesionalidad. Shariff, que interpreta al protagonista de la película, Hassan, en su vejez, demostró que el paso de los años no tiene por qué ser un proceso amargo para las estrellas cinematográficas, que habitualmente se niegan a aceptarlo. «En la vida he borrado todas las cosas de mi pasado. He llegado a una edad importante. Puedo decir cosas que quizás ustedes algún día podrán llegar a decir», afirmó el actor egipcio.

A sus 77 años, Sharif considera que «mirar hacia el futuro es cosa de jóvenes» mientras que «pensar en el pasado no tiene sentido». «A mi edad una persona debe vivir cada instante presente porque para mí cada instante es el último de mi vida. No sabes cuánto tiempo más tienes y hablar del pasado es inútil», afirmó sin ningún tipo de lamento el actor, quien fue aplaudidos varias veces durante la ruedad de prensa.

Nominado al Oscar al mejor secundario en 1962 por Lawrence of Arabia, Sharif se niega a vivir de lo que fue. «Tengo que ser lo que soy cada día y vivir cada instante». «El momento más importante de mi vida es éste porque estoy hablando con ustedes. Después viviré otro momento que pasará a ser el más importante. Esa es mi filosofía vital».