Una velada de maridaje de vino de Eivissa y la música de Xalox, primer evento del festival. Foto: TONI MILIAN

PEP TUR

Ya lo dijo Vicent Tur, trombonista del grupo Xaloc Jazz, durante la presentación matutina del festival ayer en el Ayuntamiento de Vila: «El vino, en general cualquier bebida alcohólica, parece que casa bien con el jazz». Y dicho y hecho. Por la noche, en El Hotel Pacha, el trombonista formaba junto a sus compañeros Sergio Cumbao -saxos-, Alfredo Souza -guitarra-, Chema Pellico -bajo- y Daniel Marín -batería- mientras los invitados al maridaje de jazz y vinos organizado para dar el pistoletazo de salida del Eivissa Jazz Festival de 2009 degustaban los mejores caldos salidos de las bodegas ibicencas, una selección que incluyó un blanco de Can Rich y tintos de Sa Cova, Privat, Can Maymó y Totem.

Pero eso ocurría por la noche. A mediodía, la concejala de Juventud y Educación, Irantzu Fernández, acompañada por el mencionado Vicent Tur y por el pianista gallego Abe Rábade, catalogaba el programa de este año como «bastante interesante» y apuntaba que el presupuesto para su organización ha sido de 200.000 euros, de los que Inestur, dependiente de la Conselleria balear de Turisme, ha aportado 60.000, y la Fundació Turística del Consell d'Eivissa otros 10.000. «Esto en lo que se refiere a las colaboraciones económicas, porque el Instituto de la Juventud (Injuve) pone los músicos de su circuito y Radio Nacional de España (RNE) grabará tres de los conciertos para su emisión», explicó Fernández.

Acerca del coste económico, la concejala de Juventud añadió que se han iniciado las gestiones para que el Ministerio de Cultura otorgue una subvención que ayude a sufragar esta cita musical veraniega en la que el Ayuntamiento «pone muchas ganas», remarcó Fernández.

También pudo escucharse ayer por primera vez en Eivissa el tema compuesto por el pianista Abe Rábade y que será la sintonía oficial del festival. Basado de modo libre en el tema tradicional ibicenco De jo et vas despediguent, la pieza de Rábade suena a mar y a melancolía atlántica, con una importante presencia de la sección vientos, pero también, con la aportación del piano, a brillantes chispas de sol mediterráneo. Un lujo para el certamen.

Acerca de la variedad de escenarios que se da este año (baluartes de Sant Pere y Santa Llúcia y el Espai Eivissa en el Mercat Vell), Fernández explicó que se tomó la decisión al considerar que cada concierto necesitaba su espacio concreto y que «algunos demandan un espacio pequeño y acogedor y otros necesitan más aforo».

Pero todo esto ocurría por la mañana. En El Hotel, los acordes de Round Midnight o Stolen Moments eran la pareja ideal para la cata de vinos. La alcaldesa, Lurdes Costa, quiso destacar que frente a la crisis «se ha echado mano a la imaginación» para seguir ofrenciendo el mejor festivlal posible. Según Fernández, siempre se pretende hacer «algo innovador» en el certamen, y este año le ha tocado el turno al maridaje de música y vino. «Trabajamos con la gente que elabora los vinos de la tierra y creemos que debemos apoyarnos entre todos, que unos eventos ayuden a los otros».

Una velada que haría las delicias del más exigente de los sibaritas: buena música, buen vino y buena compañía, toda una declaración de intenciones para el arranque del festival.