Viajero incansable del universo de las letras, el escritor gallego Manuel Rivas cree que «en tiempos de crisis, la primera víctima es el lenguaje», algo que debe combatirse con «una ecología de las palabras» que permita devolver a éstas su sentido original.

Memoria es, en opinión de Rivas, una de esas palabras «contaminadas por el lenguaje del cinismo y de la corrosión», y por una posición «que habla del olvido para contraponerlo a la memoria, cuando la memoria ética mira hacia el futuro».

«Es como el movimiento del remero, que sabe que la mejor forma de avanzar es mirar lo que va quedando detrás para tener las coordenadas de su historia», asegura Rivas en una entrevista con Efe. Rivas cita como ejemplo unas declaraciones de Jaime Mayor Oreja durante la campaña de las elecciones europeas, en las que el político dio una visión «apacible» del franquismo, para ejemplificar lo que considera una «posición regresiva, un olvido activo, una memoria perversa y una amnesia retrógrada».

Una memoria que alude a una «lengua del doble pensar» y a lo que Orwell llamó «neolengua» en «1984», un instrumento utilizado por un partido autoritario para restar significado a las palabras y determinar los intereses de la población.