El reconocido artista mallorquín Guillem Nadal inaugurará mañana tarde en el Espacio Micus su primera exposición en Eivissa.

JULIO HERRANZ

El Espacio Micus (Ctera Jesús-Cala Llonga, Km. 3 a la izquierda y 200 mts a la derecha) acogerá a partir de las 19'00 horas de mañana sábado la inauguración de la primera exposición en Eivissa de Guillem Nadal (Sant Llorenç de Cardassar, 1957), que estará abierta al público hasta octubre. Sólo domingos (de 11 a 14 horas) o por cita telefónica (971 19 19 23). Inauguración festiva, con música brasileña en directo y con un cocktail aperitivo, que se extenderá por varias horas.

Para la ocasión, el reconocido artista mallorquín ha seleccionado unas 25 obras: una instalación en torno a un barco, pinturas y dibujos; destacando un gran cuadro de 2 x 5 metros que ocupa la sala principal de este singular espacio diseñado por Eduard Micus. «El primer conocimiento que tuve de su obra fue en el stand que la galería Pelaires tenía en la última Feria de Colonia, y me gustó mucho», apuntó a este periódico Katja Micus como motivo principal de presentar en Eivissa a este artista exclusivo del Centro Pelaires; añadiendo: «Luego, el arquitecto de interiores del Gran Hotel de Eivissa vino a casa para comprar obra de mi padre para algunas de las suites, y el año pasado hizo una exposición de sus obras en su casa-galería de Son Servera (Mallorca); allí me mostró la obra de tres pintores mallorquines que le gustan, y uno de ellos era Guillem Nadal».

«Un jugador racional»

En un texto para una exposición del artista en el Centre Cultural Contemporani Pelaires de Palma, en 2003, el director del Kunstmuseum de Bonn, Dieter Ronte, apunta, entre otras cosas, que Nadal «es un meditabundo lúdico, un jugador racional, un mago de los juegos de abalorios de los hallazgos de Mallorca, que busca plasmar en sus obras hasta qué punto esta isla se determina a sí misma, cómo crece a partir de sí misma, cómo define una y otra vez su propia belleza, sin por ello dejar de ocuparse de su historia. Guillem Nadal pone de manifiesto que Mallorca no es ninguna enferma, aunque se vea periféricamente afectada por algunas enfermedades, sino que constituye una entidad saludable que produce constantemente nuevas y variadas formas».

En la Gran Enciclopèdia de la Pintura y la Escultura a les Balears se dice: «De formación autodidacta, en 1985 presentó en la galería Sa Pleta Freda de Son Servera su primera exposición individual, integrada por un conjunto de obras con influencias de la nueva figuración que abandonó bien pronto». Sobre la evolución de su obra, de corte expresionista, destaca la estancia del artista mallorquín «durante unos meses en una antigua necrópolis neolítica, donde practicó un modo de vida de plena compenetración con la naturaleza que hizo emerger en su pintura un conjunto de elementos cuya turbadora presencia se mantendrá constante en periodos sucesivos»; con la incorporación a su obra de los grafitos rupestres y el añadido de forma gradual de elementos naturales, como piedras, huesos, ramas, cráneos o cabezas de ganados. Precisándose: «Planteadas en ocasiones a manera de conjuntos e instalaciones indisociables de sus telas, llegarían a ser en ciertos momentos esculturas con autonomía propia».