El pasado jueves me hacía eco en estas páginas de una iniciativa del cineasta catalán afincado en Sóller David Carreras para poner en marcha el Mallorca International Film Festival (MAIFF), nombre que recuerda descaradamente al Ibiza International Film Festival (IFF) cuya ceremonia de clausura el lunes resultó más bien desquiciada y desquiciante, como conté el martes con la ayuda de la compañera Laura Tur, a quien agradezco desde aquí su apoyo y buen hacer en la cobertura del festival; empezando por su inglés envidiable.

JULIO HERRANZ

Y éso, ¿tendrá Mallorca más suerte que Eivissa con su festival de cine? Ojalá. De entrada, el proyecto de Carreras, cuya primera edición sería en 2011, parece bien planteado; y varias instituciones y empresas se han mostrado a favor. «Todo el mundo está reaccionando muy bien a la idea», apuntaba , añadiendo que el presupuesto estimado es de «siete millones de euros por edición, y será autofinanciable a partir de 2015». Una cifra bien llamativa frente a los 45.000 euros de apoyos con los que ha contado el IFF en su tercera edición, como me contó su director, Xavier Benlloch en la entrevista que le hice el miércoles. Huelgan los comentarios, pues la comparación aquí entre Mallorca y Eivissa sí que resulta bien odiosa.

En fin, que resulta curioso una vez más -por no decir irritante- el que la isla gorda retome iniciativas que nacen en nuestra Tanit's land sin mucho entusiasmo por parte institucional a la hora de poner dinero público. Ya pasó con el Festival de Cortometrajes Elektrozine de Fernando Monge, que lo dejaron morir de inanición; y con el Festival de Cine Gay y Lésbico, cuya edición mallorquina ha empezado esta semana (aquí arranca el próximo día 19).

Pues nada, que les vaya bonito. Y suerte.