Imagen de una de las piezas de la exposición 'Desire's Ashes', que Manuel Bouzo presenta hasta finales de mes en la galería madrileña May Moré.

JULIO HERRANZ

La galería May Moré de Madrid (General Pardiñas, 50) acogerá hasta el próximo día 30 la exposición de Manuel Bouzo Desire's Ashes (Las cenizas del deseo) en la que el polifacético artista gallego, residente en Eivissa durante años, presenta una serie de obras (multimedia, pintura, fotografía, instalaciones y obras objetuales) «que ahondan en la idea del deseo como elemento imprescindible de creación, de construcción, de realización, tanto para la propia actividad artística como para las relaciones humanas, en especial en las relaciones sentimentales», según apunta en su web la reconocida galería.

El punto de partida de la muestra es la instalación que da título al conjunto, que Bouzo presentó en octubre de 2007 en Nueva Delhi, acompañada por la proyección de El ciclo, un vídeo conceptual sobre la inmovilidad dentro de la movilidad, que el artista gallego grabó en 2004 en el Jantar Mantar de Nueva Delhi, un observatorio astronómico construido en 1725. «La instalación es una historia muy simbólica, en cuanto a que el deseo es algo que se consume en su realización. Así, si encendiéramos las cerillas de cabeza roja (pasión) instaladas sobre un lecho de ceniza en un carrito típico hindú, formando la palabra Desire, se consumirían y fundirían con las otras cenizas», explicó en septiembre de 2007 a este periódico el artista, en una de sus visitas regulares a la isla y poco antes de marchar para India.

Conceptualmente, la web de la galería May Moré resumen así la intención que Bouzo ha puesto en Desire's Ashes: «Como un vendedor ambulante, el deseo va ofreciendo su mercancía por doquier. Con un único objetivo: su realización, su materialización, su condensación en algo concreto. Sin embargo, la obtención de un deseo tiene como consecuencia al mismo tiempo su anulación, su negación. El deseo (un deseo) se consume en su realización. Pero siempre dejará un poso, un residuo, algo que alimentaria nuevos deseos».

Y precisa más: «La idea del deseo como fuente de creación (pero también como castigo) está contenida en diversos mitos. Entre los griegos el mito de Ícaro es una muestra de cómo el deseo por volar (la libertad) es castigado por acercarse demasiado a la luz, al calor»; dirigiendo luego la atención hacia la India: «En varios mitos hinduistas interviene también el deseo. Y en ellos los actores son casi siempre los mismos, aunque cambien sus roles y sus nombres».

Añadiendo a continuación abundante información sobre la mitología hindú en relación con el deseo. Aunque resulta más sencilla la explicación que dio a este periódico el artista en relación con este tema: «El dios Shiva está siempre meditando y los otros dioses le piden que tenga un hijo para combatir a un demonio. Para ello necesita que se enamore de su consorte, Parvati, que está haciendo penitencia para generar energía. Los otros dioses envían al dios Kama (deseo), que es nuestro Cupido, quien dispara una flecha a Shiva. Éste se siente perturbado y con su tercer ojo convierte en ceniza a Kama; aunque luego la mujer de Kama, Rati (placer sexual) le restaura la vida», explicó didáctico.

Entre los proyectos que Bouzo tiene en cartera destaca uno que, de momento, no ha podido cuajar por falta de apoyo: recorrer el Ganges desde el nacimiento hasta Benares, «un sitio simbólico para morir, pero también para la regeneración», precisó el artista, que documentaría todo el proceso con vídeo y fotografía y enviaría las imágenes a la poetisa Chantal Maillard y al crítico Jesús Aguado para completar el proyecto con su aportación, con la idea de recoger todo el trabajo conjunto en un libro», detalló en 2007 el artista gallego.