Lola Herrera regresó ayer a los escenarios ibicencos, esta vez acompañada por el actor Juanjo Artero. Foto: IRENE G. RUIZ

R. C.

Lily y Michael son una pareja, que, a primera vista, parece imposible. Ella, ya mayor y con pasado conservador y lleno de insatisfacciones. Él, joven y convencido de merecer más en la vida. A ella le da vida ni más ni menos que Lola Herrera, una de las grandes damas del teatro nacional. A él lo interpreta Juanjo Artero, modelado en la escuela de la televisión. Y los dos son el eje sobre el que bascula la obra Seis clases de baile en seis semanas, que ayer se estrenó en el escenario de Can Ventosa tras presentarse hace ya dos años en Madrid.

Escrita por Richard Alfieri, la pieza retrata, en palabras del propio autor, «los problemas de la edad, la tolerancia y la amistad», convirtiendo finalmente el baile en una zona de encuentro en la que esa pareja imposible finalmente se encontrará.

Para los números de baile que tienen lugar en la obra, Artero contó con los conocimientos y el apoyo del bailarín sevillano, aunque criado en Eivissa, Antonio Márquez, al que el actor ha agradecido generosamente su trabajo.

De este modo, estilos tan divergentes como el tango, el swing, el vals, el fox-trot o el rock and roll sirven como metáfora para enfrentarse a los prejuicios y la intolerancia. Una lección de convivencia de la mano de una 'pareja imposible'. De la mano de Lola Herrera y Juanjo Artero.