El fallecido Stieg Larsson y Javier Cercas se convirtieron en los autores «vencedores» del Sant Jordi de este año, según la información facilitada por el Gremio de libreros catalanes. El fenómeno Stieg Larsson, que llegaba al Día del Libro con las dos primeras obras de su trilogía Millenium -la tercera se publicará en junio-, se convirtió en el autor más vendido tanto en narrativa en castellano como en catalán.
En ficción en castellano, Larsson copó el primero y el segundo lugar de la relación de libros más vendidos con Los hombres que no amaban a las mujeres y La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, y en catalán el primero también se situó como el más vendido y la otra novela en el puesto número 4, por detrás de El silenci, de Gaspar Hernández, y de L'últim home que parlava catala, del embajador español en Londres Carles Casajuana.
Sin embargo, el autor que más libros firmó en Barcelona a lo largo de la jornada fue Javier Cercas, que concurría este año con su ensayo novelado Anatomía de un instante, un análisis del 23-F, que provocó las mayores colas de lectores. Los nervios por obtener la firma estampada de Cercas llevaron a algunas lectoras a discutir acaloradamente por el turno, como si de una carnicería se tratara, mientras el autor, con una Coca-Cola perpetua a su lado, firmaba ora sentado ora de pie en función del cansancio de su espalda.
En declaraciones a la prensa, Javier Cercas recordaba que en el Sant Jordi de hace dos años, cuando atravesaba un momento de crisis, que hasta pensaba que se había equivocado de libro y de profesión, un fan anónimo le pagó la comida en su restaurante de menú habitual.
Todos mediáticos
«Cuando le pregunté a la camarera que quién había pagado la cuenta y por qué, me dijo que había sido un hombre que no había dejado su nombre y que lo había hecho para que al año siguiente sacara un libro nuevo, y aquello me convirtió en el hombre más feliz y en cuanto llegué a casa me puse a trabajar duro», señaló Cercas, que no ocultaba la excelencia de un día como ayer: «Sant Jordi es una invención de la gente, porque ningún editor puede inventarlo».
En contra de la opinión de algunos periodistas, Cercas se sentía mediático con orgullo: «Todos somos mediáticos, menos Salinger, porque todos damos entrevistas, promocionamos los libros».
En no ficción en castellano, también ejercitaron la mano para firmar sus libros el economista Leopoldo Abadía (La crisis ninja), el ex waterpolista Manel Estiarte (Todos mis hermanos) y Rafael Jiménez (Barcelona negra).
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