El artista multifacético Carles Santos inauguró ayer el Arts Santa Mònica de Barcelona, comandado por Vicenç Altaió, con la acción musical itinerante y sensual Pecatamonicatismarmolla tua tua, que empezó en la Font de Canaletes de La Rambla y finalizó a las puertas de la entidad.

Dos actores viajaron Rambla abajo sobre el piano de Santos, en lo que Altaió definió como «una nueva manera de pintar» y el actor como «hacerle el amor a la ciudad desde la Rambla». Aunque en un principio quiso que los actores estuviesen desnudos y haciendo el amor, al estar prohibido por ley hacerlo en la vía pública tuvieron que ir semivestidos.

Rememorando la acción Anem, anem, anem a volar, en la que en 1982 Santos arrastró un piano de cola --con una cantante sobre él-- Ramblas arriba, el artista volvió a reivindicar ese avispero de turistas como espacio público y eje urbano de creación cultural.

Entre los centenares de curiosos que siguieron esta procesión tan laica como sugerente hubo opiniones divididas; algunos como Adrià Sancho consideraron que no era una forma adecuada para reivindicar la cultura autóctona.