A medida que Art Madrid se va consolidando como «la segunda mejor feria de arte contemporáneo del país», según su directora, Gema Lazcano, la presencia balear aumenta. De tres galeristas presentes hace dos años, se pasó a cinco en esta cuarta edición en la que se consolida la propuesta de obras de arte para «llevarse puestas», expuestas en 74 stands, ubicados en el pabellón de Cristal de la Casa de Campo, abiertos desde ayer hasta el 16 de febrero.
Ante la crisis, la mayoría de galeristas isleños apuesta por «no bajar los precios», «mostrar ilusión» e «intentar superar el temporal con ganas y trabajo».
Obras de gran calado de Mirócuyos precios oscilan entre 60.000 euros y 1,7 millones, llamativas obras del germano Dieter Wolthoff, que el año pasado vendió todos sus cuadros en una exposición en Ca'n Picafort, piezas, de Pedro Txillida, Bechtold, Gustavo, Molina, 'Xam', Villalta y Miró; esculturas de Joan Barrantes y cuadros de autores novatos o consagrados como Maria Antònia Mir o los también jóvenes Aina Cifre y Toni Font, y Luis Vidal, Jesús Coyto, Xavier Busquets, Joan 'Peix', además de Mompó o artistas como Laura Romero y Doralice Souza, otro de los nombres procedentes de las Pitiüses, rompen los moldes con montajes frescos, atrevidos y críticos «para hacer pensar», dicen, dentro del programa Young Art. «¿Crisis? Las galerías pequeñas siempre estamos en crisis», se escucha en la muestra entre los galeristas. Bàrbara Galmés, consellera de Cultura del Govern, visitó ayer la feria destacando el «alto nivel y la importante oferta» de las galerías mallorquinas. Entre las obras que le llamaron la atención, las de Miró, Pedro Txillida y la «innovadora y diferentes» propuesta de la galería La Real.
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