J. HERRANZ

La galería Vía 2 acogerá a las 20,00 horas de hoy martes la inauguración de una exposición retrospectiva de objetos-esculturas de Annelïese Witt, que estará abierta al público hasta el próximo 10 de enero. «Son 20 piezas, que viene a ser una pequeña retrospectiva de lo que he hecho en cerámica desde el 85 hasta ahora», apuntó ayer la pedagoga del arte y ceramista alemana residente en Eivissa.

Más conocida acaso por su labor didáctica creativa en la Escuela Blat y, sobre todo, en Infantart, Witt tuvo sus primeros contactos con la cerámica (por la que ya sentía atracción desde muy joven) en los 70, en la Escola d'Arts i Oficis de la mano de Joan Daifa y Antoni Pomar. «Empecé con objetos de uso, pero pronto pasé a hacer formas con ideas mías y por libre, como los de la vanguardia», apuntó la artista, siempre en sintonía con tal movimiento, como su marido, el pintor Rafel Tur Costa.

Con la paciencia pedagógica que la caracteriza, Annelïese Witt explicó ayer a los medios las distintas técnicas, procesos y métodos de trabajo para elaborar sus hermosas, elegantes y sugerentes formas. Sobre todo con la técnica japonesa Mishima de barro gres con chamota.

Para la ocasión, Via 2 ha editado un catálogo «de la primera exposición de esculturas que hacemos en la galería», apuntó Carles Fabregat, su director artístico, quien escribe en su texto Atzar i misteri: «De las muchas divisiones posibles entre arte y artesanía, una sería la del concepto de útil (...) El arte se caracteriza por poseer una utilidad incierta, del orden del espíritu, diríamos».

Y Pedro María Asensio apunta en el suyo: «Annelïese Witt muestra su capacidad de extraer un diálogo entre diferentes planos y de introducir pintura y color como surcos del alma, líneas aplicadas como silencios sobre silencios del barro, heridas cándidas de cotidianidad y de misterio al propio tiempo. Donde termina el alma y empieza la obra se manifiesta la libertad, expresiones sutiles de tantos días observando con atención el misterio de los elementos».