Una escena de 'Espectres' del montaje que Magda Puyo presenta este viernes en el escenario de Can Ventosa.

JULIO HERRANZ

El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 21,30 de este viernes 19 la representación de Espectres, de Henrik Ibsen, según la versión de Carles Mallol y Magda Puyo, en un montaje dirigida por esta última. Un drama en tres actos sobre la hipocresía social que llegó a dividir la sociedad de 1882 hasta el punto de prohibirse su representación, ya que la obra, uno de los textos más polémicos del dramaturgo noruego, habla de los ataques contra los valores de la iglesia, la defensa del amor libre, el incesto o la sífilis. Así, el estreno se tuvo que trasladar a Chicago.

Un plantel de primeras figuras de la escena catalana, Emma Vilarasau, Jordi Boixaderas, Ramon Pujol, Mingo Ràfols y Queralt Casasayas, da vida a la oscura historia que cuenta Espectres sobre la lucha de una madre para recuperar a su hijo y borrar el pasado: Toda la vida Elena Alving ha vivido ligada a una moral hipócrita y caduca. Siguiendo los consejos de un amigo de la familia, aparentaba que ea feliz con su marido en un mundo gris. Pero al no poder aguantar más, apartó al hijo de casa para que no heredase nada de su padre, para que no supiera nada de la doble vid que llevaba el hombre que ya murió. Pero Osvald, el hijo, vuelve. Y es cuando Elena ve la oportunidad de dejar explotar, finalmente, sus verdaderos deseos. Ha llegado la hora de romper las leyes y el orden de una vida hecha de mentiras. Quiere ser feliz con su hijo; quiere recuperarlo. Pero el pasado regresa inevitablemente y los espectros aparecen de manera implacable.

Según la directora del montaje de Espectres, «los temas y conflictos que Ibsen despliega en escena nos golpean de pleno. Nos encontramos ante un autor comprometido de forma responsable e inquietante, un autor vivo y sorprendentemente actual». Y es desde esa continua actualidad de Ibsen a la hora de diseccionar el alma humana desde la que Magda Puyo se ha planteado afrontar Espectres: «Un intento de aproximación desde nuestras vidas de hombres y mujeres del siglo XXI, con un total convencimiento de que la lucha entre el individuo )el ser que busca su propia verdad personal) y el ciudadano (el ser domesticado que se identifica con las necesidades de la mayoría), es la dialéctica imprescindible para movilizar y transformar nuestras sociedades».

Un texto clásico de un dramaturgo que renovó con su teatro de ideas con personajes vivos la escena europea. Un autor del que Josep Maria de Sagarra escribió: «Hay algo en el teatro de Ibsen que no pasa nunca: su fuerza poética y su ciencia teatral. La una sin la otra no harían nada; funcionan cuando van juntas».