R. C.

Alrededor de una treintena de obras componen la muestra que desde ayer se exhibe en la mítica galería Berri de Sant Agustí, una de las más veteranas de la isla y que corre a cargo Antonio Hormigo y su sobrino Pedro Juan Hormigo. En esta exposición presentan tanto sus trabajos más nuevos como algunas obras anteriores, hechas en bronce y en madera, las obras que se presentanson un reflejo muy ámplio de la carrera artística de ambos.

Se trata de la primera ocasión en que los dos participan en una exposición conjunta. Para Pedro Hormigo, las obras más destacables que presentará en esta exposición son Esquizofrenia y La mano del destino. La primera pertenece a la colección que presentó el año pasado y la segunda se presenta en primicia en esta exposición.

Él mismo asegura que no tiene una fuente de inspiración particular para sus trabajos y que simplemente se deja llevar por sus emociones. «Yo soy una víctima en realidad, cuando trabajo en la bañera donde se funde el bronce tiene más importancia la propia pieza que yo», comentó el escultor. Su colección es una serie de piezas pequeñas en las que destacan multitud de detalles de una temática desgarradora.

El hecho de exponer junto a su tío Antonio Hormigo le ilusiona. «Para mí es un honor y un placer. Él es el mejor escultor que tenemos actualmente en la isla y siempre es un gran apoyo. Su reconocimiento debería ser mucho mayor», aseguró su sobrino. Él mismo confiesa que es probable que la influencia de su tío le haya llevado a dedicarse a la escultura finalmente y esto es algo por lo que él le está muy agradecido.

A la hora de trabajar y preparar juntos esta exhibición, Pedro Hormigo reconoce que se ha sentido muy a gusto. «Mi tío es una persona muy previsora y le gusta tener preparadas todas las piezas con mucha antelación. Yo suelo trabajar a última hora y corriendo. Para él eso es impensable, pero eso lo ha aprendido con los años y es algo que admiro mucho en él «, aseguró.