EFE-ROMA

El puente que el arquitecto Santiago Calatrava diseñó para la ciudad de Venecia (noreste de Italia) ha quedado abierto sin ninguna ceremonia tras las polémicas que ha suscitado, informó ayer el Ayuntamiento. Bautizado como Puente de la Constitución, la apertura se produjo el jueves y consiguió reunir a numerosos curiosos.

«Finalmente los ciudadanos pueden conocer el cuarto puente sobre el Gran Canal de Venecia», aseguró ayer Mara Rumiz, concejala de obras públicas en un comunicado emitido por el Ayuntamiento con motivo de la apertura del puente.

Los primeros en atravesar la pasarela, que une la estación de tren de Santa Lucía con el aparcamiento de Plaza de Roma, fueron un grupo de niños seguidos por varios centenares de venecianos y turistas que se encontraban en el lugar por casualidad. De este modo el Ayuntamiento, en manos del centroizquierda, pretendía evitar las protestas con las que amenazaron los partidos de derechas por el coste: que pasó de los 7,5 millones a los 11,2 millones finales. A las críticas de su elevado coste se sumaron las de los retrasos en la construcción, puesto que en el 2002 se había fijado un plazo de poco más de un año para finalizar la obra.