A lo largo de esta edición del festival de jazz han surgido algunas dudas acerca de su continuidad que el director del Injuve ha intentado desdramatizar mostrando su apoyo al certamen pero destacando que son las administraciones locales y autonómicas las que tienen que dar el paso, manteniéndose el Injuve en segundo plano. No soy amigo de hacer apuestas a largo plazo, pero quiero sentir que no hay ninguna posibilidad de que esta cita anual desaparezca de la isla. De hecho, y visto lo visto ante las que se montan en lugares como Costa Nord en Mallorca, puede que fuera el momento de intentar apretar las clavijas (por la cosa musical) al Govern para que se lance sin paracaídas a apoyar, sobre todo económicamente, el encuentro jazzístico ibicenco. Cuando alguien de la talla del pianista Abe Rábade o que tiene los conocimientos de José Miguel López defienden a capa y espada un acto lejos de su tierra, muy tontos deberíamos ser para quedarnos atrás y, como coda, sin festival.

PEP TUR