PEP TUR

Las mudanzas nunca son fáciles ni resultan al gusto de todos, por lo que la noche del pasado jueves se respiraba en el baluarte de Sant Pere un cierto aire de inquietud ante la nueva sede del festival de jazz de Eivissa, un espacio más recogido que el de Santa Llúcia y que, finalmente, pareció gustar más que desagradar a la concurrencia, animada por los dos buenos conciertos ofrecidos por el trío Citric y por el cuarteto del saxofonista sueco Kristian Brink. De todos modos, la verdadera prueba de fuego llegará esta noche con el recital de la cantante Mina Agossi, que amenaza con reventar el pequeño aforo del baluarte.

Pero el estreno fue excelente. El honor de dar el pistoletazo de salida en Sant Pere fue para el trío Citric, compuesto por Luis Verde (saxos), Ander García (bajo eléctrico y contrabajo) e Hilario Rodeiro (batería). Heredero de los grandes nombres del jazz, el trío desplegó en Sant Pere un jazz limpio y ortodoxo en el que se dieron la mano piezas clásicas junto a composiciones propias. Sin aspavientos, pero con un sonido sólido, Citric constituyó un gran ejemplo de lo que el jazz nacional puede dar de sí.

Con mucha más fuerza se presentaron sobre el escenario los cuatro componentes del cuarteto del saxofonista sueco Kristian Brink. Tobis Grenholm (contrabajo), Paul Svanberg (batería) y el pianista Jonathan Fritzen (que en el último momento tuvo que sustituir al titular de la formación, Erik Lindeborg), junto al propio Brink mostraron todas sus cartas y volvieron a desvelar en Eivissa la buena salud de la que goza el jazz nórdico, capaz de generar año tras año grupo de una gran categoría.

Entusiasmado por el entorno en el que debutaba en la isla, el cuarteto se dejó llevar desde la primera nota y mostró al público lo bien que se lo estaban pasando sus integrantes sobre el escenario («es el lugar más bonito en el que he tocado», aseguraba el saxofonista). Así, desgajaron su repertorio (todo propio, excepto una curiosa versión de Caravan como bis), alternando intimismo y potencia, los jóvenes componentes de la banda ganadora en Getxo este mismo verano exhibieron su brillante futuro tras reunirse en el Royal College of Music de Estocolmo.

La mudanza ya está hecha y el pasado jueves abrimos las primeras cajas para descubrir qué colocaremos en los rincones más importanes de nuestra memoria. El festival de jazz estrena nuevo rostro, esperemos que sea por muchos años.