EFE-VENECIA

Rachel getting married, la película del director Jonathan Demme proyectada ayer a concurso en la Mostra de Venecia y con Anne Hathaway como protagonista, muestra que las corrientes cinematográficas no fluyen sólo desde Estados Unidos hacia Europa, sino también al contrario. La película enseña los preparativos y la celebración de la boda de Rachel, cuya hermana Kym acaba de abandonar un centro de rehabilitación para drogadictos.

Un argumento que recuerda Celebración, del danés Thomas Vinterberg y primera película rodada con las normas del Dogma 95, el movimiento cinematográfico europeo que buscaba dar el mayor realismo posible a la historia y cuyo principal exponente es Lars von Trier. «El filme estaba escrito, pero no planificamos ni un encuadre por anticipado», dijo Demme en rueda de prensa tras la proyección de la cinta.

A ello se une que la música, tal y como manda Dogma, es la que crea de forma natural la acción de la película, y se resuelve sencillamente porque entre los invitados está un grupo de jazz que ensaya para la boda con lo que se ambienta, de forma real y en vivo, todo el filme.

Además, el director de El silencio de los corderos (1991) -por la que ganó el Oscar a la mejor dirección-, que en los últimos años ha estado más dedicado a los documentales que a la ficción, reconoció su influencia en la película. «Decidimos adoptar un enfoque de documental; los actores «iniciaban las escenas sabiendo que el rodaje empezaría según fuera avanzando su actuación, evitando duplicar las tomas».